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Si nos vamos atrás unos meses, varias cosas circularon entre los medios académicos y organizaciones de salud, de reconocida probidad con respecto a la enfermedad COVID-19 durante el embarazo y el efecto sobre el producto y el recién nacido.

 

La información empezaba a estudiarse y hasta se pensó que el recién nacido no se enfermaba, a pesar de la enfermedad de la madre, y que la gestante no se enfermaba seriamente. El tiempo ha permitido tener un mejor retrato de la situación y hoy, es de significativa utilidad para decidir en favor o en contra de la vacunación de la gestante contra el COVID-19.  El American College of Obstetricians and Gynecologist, en abril de 2020 decía sobre COVID-19, entre otras cosas[1]:

 

  • “Informes recientes demuestran que las mujeres embarazadas no tienen síntomas más severos que lo que se encuentra en la población general
  • Es muy temprano para saber cómo COVID-19 podría afectar al feto. Algunos embarazos terminan con bebés prematuros pero no está claro si la prematuridad fue causada por el COVID-19 porque es muy poco probable que el virus al feto durante el embarazo, la labor o el parto.  Más investigación es requerida”

 

 

Temprano en mayo de 2020, The Hospital for Sick Children, en Toronto, Canada publicaba lo que llamaron “un probable caso de infección congénita por SAR-CoV-2 en un recién nacido vivo[2].  La sugerencia estaba basada en varios hechos: el niño no había estado en contacto con secreciones vaginales, las membranas estuvieron intactas hasta el momento del nacimiento, no hubo contacto de piel-con-piel (skin-to-skin contact) con la madre antes de la toma de las muestras de hisopado nasofaríngeo del bebé.

 

En junio de 2020, Khoury y colaboradores[3] publicaban sus hallazgos de la investigación de 241 mujeres con infección por SARS-CoV-2 confirmada en el 3er. trimestre del embarazo y que dieron a luz en la ciudad de New York entre el 13 de marzo y el 14 de abril del 2020.  En este grupo de embarazadas, la mayor parte de ellas, 102, no presentaron síntomas de infección viral al ingreso, durante la labor del parto ni durante el postparto; 46 desarrollaron síntomas durante la estadía hospitalaria, y 93 presentaron síntomas desde el ingreso: tos, fiebre y disnea).  Un 42% de las mujeres fueron asintomáticas, 26.5% tuvieron una enfermedad moderadas, 26.1% tuvieron enfermedad severa (hipoxemia), y 5% tuvieron enfermedad crítica (necesidad de uso de ventilación mecánica).  Un 7.1% (17 embarazadas) se admitieron a Cuidados Intensivos y 3.7% (9) requirieron entubación endotraqueal y soporte ventilatorio mecánico. No hubo muertes maternas.  De los 236 recién nacidos a quienes se les hizo prueba por SARS-CoV-2, 6 fueron positivos, o 97.5% fueron negativos.  El factor único asociado con la severidad de la enfermedad fue la obesidad (un BMI ≥ 30 kg/m2.  Las gestantes con enfermedad severa tuvieron más riesgo de dar a luz prematuramente y terminar el embarazo por operación cesárea. Se registraron 2 muertes fetales al ingreso al hospital, ambas gestantes con enfermedad severa.

 

El 30 de enero de 2021, Stafford, Parchem y Sibai publican una vasta revisión de la morbilidad y mortalidad del COVID-19 materno y neonatal como de consideraciones sobre la seguridad del uso perinatal de la vacuna[4].  Hasta la fecha de esta revisión, en. EEUU se habían registrados 57,786 casos de infección en mujeres embarazadas y se habían producido 71 muertes, entre ellas.  Las cifras globales entonces revelaban ya más de 2 millones de muertes en el mundo, de las cuales 412,000 ocurrían en EEUU.  Su recomendación es que “la vacuna para prevenir esta enfermedad debe ofrecerse a las mujeres embarazadas después de discutir la falta de información sobre su seguridad, y administrarla preferencialmente a aquellas con mayor riesgo de sufrir enfermedad seria, hasta que la eficacia y seguridad de estas nuevas vacunas sea validada”.

 

El 28 de enero de 2021, el NIH (National Institute of Health, de los EEUU)[5]divulga información de un estudio con 1,200 mujeres embarazadas e infectadas con COVID-19, llevado a cabo por los doctores Torri Metz, de la Universidad de Utah Health, en Salt Lake City, y Rebecca Clifton, Ph.D., del Instituto Milken de Salud Pública en la Universidad George Washington, en Washington, D.C., que sugiere que la transmisión vertical de madre a hijo durante el embarazo es rara y está asociada a nacimientos tempranos o prematuros de los productos y a más complicaciones durante y después del embarazo (nacimientos por operación cesárea, hemorragias postparto y trastornos hipertensivos del embarazo), particularmente entre aquellas gestaciones con enfermedad severa, cuando se compara con aquellas con enfermedad leve o moderada.

 

Durante la misma Reunión Anual (SMFM 2021), Naima T. Joseph, de Emory University School of Medicine, presenta los hallazgos de su grupo de investigación, con respecto a la respuesta materna de anticuerpos y su transferencia placentaria, con infecciones por SARS-CoV2 asintomáticas y sintomáticas.[6]  Los sueros fueron examinados por la presencia de anticuerpos IgG e IgM anti-SARS-CoV-2 mediante inmunoabsorbencia ligada enzimáticamente (ELISA), creada contra el receptor del dominio (RBD) de la proteína de la espiga del SARS-CoV-2.  Las mujeres embarazadas de esta cohorte de estudio casi uniformemente respondieron a la infección por SARS-CoV-2, sintomática o asintomática al momento del diagnóstico, con anticuerpos IgG e IgM (100% y 91% de las muestras respectivamente), y la transferencia de anticuerpos IgG fue robusta (87%) entre las 23 parejas madre-hijo del estudio.  Esto, que merece más investigación, sugiere que la infección materna durante el embarazo, produce anticuerpos contra la enfermedad, que se transfieren (IgG) al producto del embarazo.

 

En favor de la posibilidad de una transmisión vertical de la infección por SARS-CoV-2, Jaime Sánchez y colaboradores[7] presentaron 2 casos de mujeres embarazadas en su 3er. trimestre que fueron admitidas al Hospital Santo Tomás, para cesárea y quienes eran positivas para la enfermedad por coronavirus 2019. Secuenciación genómica reveló el linaje del virus y los estudios inmunoquímicos del tejido placentario, la presencia del virus coronavirus 2 en las células coriónicas, como los estudios histológicos de la placenta revelaron infiltrados densos de células linfoides. Los hisopados nasofaríngeos de los niños para RT-PCR-SARS-CoV-2 fueron negativos para el virus a las 24 horas del nacimiento.

 

Es cierto que aún no hay información suficiente sobre la seguridad del uso perinatal de la vacuna contra COVID-19, como también es cierto que la presencia de co-morbilidades en la mujer embarazada empeoran el pronóstico de su enfermedad por el virus SARS-CoV-2.  También es importante recordar que las vacunas disponibles o cerca de tenerlas disponibles, para proteger contra la enfermedad COVID-19, están basadas en ARNm (mRNA), en vectores y en virus inactivos, por lo que es muy probable que estos tipos de vacunas no ocasionen problemas ni en el feto ni en la madre.

 

Si actualizamos la información y conocimientos sobre COVID-19 durante el embarazo, no podemos dejar de reconocer el creciente número de estudios que revelan un incremento en el riesgo de enfermedad severa, mortalidad materna y resultados perinatales adversos en las mujeres embarazadas y en el embarazo.  Esto me lleva a favorecer la vacunación contra COVID-19 en la mujer embarazada pero única y exclusivamente después de una amplia ilustración y discusión con el médico obstetra para que sea ella, quien tome la decisión de vacunarse.   4/3/21

 

 

[1] ACOG: Coronavirus (COVID-19), Pregnancy, and Breastfeeeing: A Message for Patients. Abril 16, 2020

[2] Kirtsman M, Diambomba Y, Poutanen SM et al: Probable congenital SARS-CoV-2 infection in a neonate born to a woman with active SARS-CoV-2 infection. CMAJ 2020. Doi: 10.1503/cmaj.200821; early-released May 14, 2020

[3] Khoury R, Bernstein P, Debolt C et al.  Characteristics and outcomes of 241 births to women with severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) infection at five New York City medical centers Obstet Gynecol 2020 Aig; vol 136 Issue 2: 273-282.  (e-pub). https://doi.org/10.1097/aog.0000000000004025

[4] Stafford IA, Parchem JG & Sibai BM: The coronavirus disease 2019 vacine in pregnancy: risks, benefits, and recommendations. AJOG. Published: January 30, 2021. DOI: https://doi.org/10.1016/j.ajog.2021.02.022

[5] News Releases. Severe OVID-19 in pregnancy associated with preterm birth, other complications. Thursday, January 28, 2021

[6] “Maternal Antibody Response and Placental

[7] Sánchez J, Vigil-De Gracia P, Guerrero E, Gaitán Melissa et al: Severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 detected in placentas of 2 coronavirus 2019-positive asymptomatic pregnant women. Case Report.  Am J Obstet Gynecol Global Reports; vol 1 Issue 1. Feb 2021

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