El cuidado de los niños para que alcancen la edad adulta sanos y productivos goza del amor y la atención de sus padres y de quienes les atendemos y acompañamos, honrando su confianza en nosotros, su crecimiento y desarrollo, la salud y la enfermedad, con responsabilidad y dedicación.

Educar a los padres y a los niños en los aspectos de salud y enfermedad no es una formación higiénica desviada a las opiniones sino curtida en los hechos, es ser veraz y puntual, empático, sí, nada de rodeos para distraer ni complacencias para engrosar números, es revelar la evidencia probada y actuar igualmente.  Eso esperan los padres y los niños, y no otra cosa.

La incertidumbre y temores por las vacunas se magnifican con la desinformación, la información maliciosa y la explotación emocional de las personas.  Esa labor está bien señalada en el Manual del Buen Antivacunas o en su “Job Description”.  Por ejemplo, se priorizan los riesgos de las vacunas y se descartan los beneficios de ellas.  Esto no es lo que usualmente vemos en el comportamiento humano.  Como dice O’Shea:

 

• cuando piensan en tomar un avión que los lleve a un lugar de vacaciones, los riesgos de que el avión se caiga no se traducen en cancelar el pasaje aéreo o el viaje de placer. Se piensa primero en los beneficios.

 

• cuando se planea irse de playa o montarse en un bote, cayuco o yate para una celebración -sobre la masa de agua del mar- de una reunión, un cumpleaños u otras razones para pasar un buen rato, no se piensa en los riesgos de que mueran ahogados o mordidos por un tiburón o un daño del transporte los convierta en náufragos. Se piensa primero en los beneficios.

 

 

¿Qué piensan los padres sobre las vacunas y sobre la vacunación?  Aquí unas reveladoras enseñanzas a través de Patrick O’Shea, PhD, de una investigación interesante que se lleva a cabo en los Estados Unidos[1].

Tres son las metáforas utilizadas para que conozcamos la manera de pensar sobre las vacunas y la vacunación, de las poblaciones inciertas encuestadas en los Estados Unidos:

• la metáfora del arma o de la guerra
• la metáfora de la medicina
• la metáfora de la colaboración

 

En cuanto a la metáfora de la guerra, las expectativas son al menos dos, (1) si las armas son buenas, se vence en ellas de forma total, 100% de vencidos, y (2) además, los soldados se quedan en los territorios dominados y vencidos vigilantes por tiempos no calculados.

Esto lleva a dos elementos en la preocupación de los padres, las vacunas no son buenas porque no protegen al 100% de los vacunados, y, las vacunas se quedan en el cuerpo de los niños y de todos los vacunados y producen efectos nocivos a largo plazo.

 

La otra metáfora es la de las vacunas como medicinas.  Y, entran a sus “conocimientos” sobre las medicinas y a las múltiples visitas uy consultas en las redes, para extrapolar la información y aplicarlas a las vacunas.  Por ejemplo:

• “Una medicina es para algo específico, como fiebre o dolor o diarrea y solo se utiliza por la presencia de los síntomas, entonces si no hay molestias no se deben usar”
• en el caso de las vacunas, ¿por qué ponerlas si no estás enfermo?

 

• “Hay medicinas que son una forma de reforzador del estado de la salud, como una vitamina, un suplemento alimenticio o una dieta. Estas medicinas se usan para fortalecer el cuerpo”
• entonces, si estás saludable, no las necesitas y si i tienes un sistema inmunológico fuerte ¿para qué?

 

• El uso de esta metáfora lleva a la conocida asociación de los efectos adversos farmacológicos de las medicinas, que se trasladan al concepto de vacuna como medicina

 

• Igualmente aparece con las medicinas el elemento de lo “químico”, con lo que eso significa para la gente que se niega a introducir en su cuerpo “ciertos” químicos, mientras se introduce otros

 

• El otro concepto que ronda en las mentes de los padres y las personas con incertidumbres por las vacunas y la vacunación y que se asocia al concepto de medicina, se refiere a aquello de “si se toma mucho de ellas o se las combinas, pueden hacer daño y hacen daño”. Y aí se teme de las vacunas:

 

• Intoxicación
• Daño permanente
• Muerte probable

 

¿Cómo afrontar estas concepciones de la población frente a las vacunas y la vacunación?

Cuando se esté como pediatra frente a una persona con mucha inquietud sobre la vacunación y las vacunas de los niños, escúchele sobre esos temores, no los juzgue y afronte el tema con respeto y, con data, no con opinión.

 

Una forma eficaz de educar a esos padres y pacientes de niños a vacunarse es presentar las vacunas como lo que son, un colaborador del sistema inmunológico de nuestros hijos, para que el sistema inmunológico ejerza una función más eficiente y segura.  Para ello:

• las vacunas dan una serie de instrucciones a nuestro sistema inmunológico, le entrenan para responder mejor y más pronto a la invasión de virus y bacterias agresivas y dañinas,
• (2) no se quedan en el cuerpo esperando ni cambiando su composición ni produciendo daño. 30/10/201

 

 

[1] AAP.  Home/Pediatrics On Call Podcast/Vaccine Messaging to Reduce Hesitancy – Episode 88.