- Jul 11, 2021
- Pedro Vargas
- Inmunizaciones, Rotavirus, Salud Pública, Vacunación, Vacunación, Vacunas
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El interés por la vacuna del rotavirus no tiene por qué sorprender y nos permite señalar algunos aspectos desconocidos por las mayorías de las gentes, aún entre los vacunados.
La primera vacuna contra el rotavirus, RotaShield, de las Laboratorios Wyeth Lederle, se introdujo en los programas de vacunación de los Estados Unidos en 1998. Esa vacuna, fue retirada del mercado al año siguiente, yo tuve que devolver mis viales al Laboratorio Wyeth Lederle porque también la había agregado al grupo de vacunas que ofrecía a mis pacientes.
Antes de su introducción en los EEUU, el rotavirus era responsable cada añode 2.7 millones de enfermedad diarreica con deshidratación, 500,000 visitas médicas, 55-70 mil hospitalizaciones y entre 20-60 muertes, lo que costaba en gastos médicos y costos indirectos cerca de mil millones de dólares. En los países pobres de América Latina, de Asia y África, las cifras eran más onerosas pero menos confiables. Hoy se calcula que en todo el mundo, el rotavirus mata 527,000 niños cada año. Si no vienen de EEUU, ¿de dónde vienen? Por ello es conflictivo el concepto de que las gastroenteritis con peligro de muerte ocurren a pesar del estado económico de los países. Quizás hay que “pilar más fino”, como dicen mis amigos colombianos, y más que el estado económico de los países es el empobrecimiento al que la inequidad y los pésimos gobiernos endémicos en muchas regiones, producen entre las poblaciones menos privilegiadas o no privilegiadas del todo.
La rehidratación temprana y el acceso a centros médicos disminuyen la mortalidad, pero la mejor prevención es a través de la vacunación.
Esta no es una enfermedad hídrica, es decir, no es transmitida por aguas contaminadas. De allí que la oferta de agua potable no cambia el panorama de esta infección. Lo cambia la vacunación. La infección por rotavirus protege contra la enfermedad moderada y la enfermedad severa ante la reinfección, que ocurre, incluso con el mismo serotipo que produjo la primera infección. También es cierto que el serotipo de la infección adquirida puede proteger al niño contra otro serotipo del rotavirus, protección heterotípica, se le conoce.
Todos los niños están expuestos al rotavirus durante sus primeros años y adquieren anticuerpos hacia los 2 o 3 años de vida. La mayor parte de las diarreas por rotavirus ocurren antes de los 3 años de vida. Antes de los 3 meses de edad, la infección por rotavirus es muy leve o asintomática. Después de los 3 meses de edad, la presentación clínica va desde leve a severa.
La vacuna RotaShield se desarrolló en la esperanza de que los niños vacunados produjeran inmunidad a serotipo específico, contra los 4 serotipos G (G1, G2, G3 y G4) que circulaban entonces en el mundo, y no solo eso, sino que la protección mostró ser superior a la producida por vacunas que utilizaban un solo serotipo, según lo que circulaba. La eficacia se midió en base a la severidad y duración de la diarrea, del vómito y de la fiebre, como al resultado de deshidratación. Los resultados variaron de país a país y de región a región y sugirieron que en los países en desarrollo, sería crítico la dosis de la vacuna. Antes de darse la licencia de comercialización, intususcepción se observó en 5 pacientes de unos 11,000 vacunados, cuando solo se observó en 1 de 4,500 niños en el grupo placebo, y esto no se consideró estadísticamente significativo.
La intususcepción es una complicación de la gastroenteritis por el rotavirus y que consiste en deslizar un segmento del intestino dentro de la luz del mismo intestino, con el agravante de bloquear la circulación sanguínea del mismo, y riesgo de necrosis o deterioro importante del tejido intestinal. No se observó intususcepción en ningún niño con la primera dosis de la vacuna sino en los primeros 7 días de la segunda dosis de la vacuna. Entonces el CDC y la AAP (Academia Americana de Pediatría) advirtieron del riesgo de intususcepción y esta advertencia se incluyó en la etiqueta de la vacuna.
En julio de 1999, cuando se había dado la vacuna a cerca de un millón de niños, 15 casos de intususcepción fueron reportados al Sistema de Reporte de Eventos Adversos de Vacunas (VAERS), y la vacuna se suspendió, en consideración a la posibilidad de que esos 15 casos fueran más, debido a que no todos se hubiesen reportado. Para entonces, en los EEUU se conocían 2,000 casos anuales de intususcepción, no relacionados con la vacunación.
En octubre de 1999, el CDC completó su investigación y encontró que el riesgo relativo de, en los días 3 y 7 de recibida la primera o la segunda dosis era 37 y 3.8, respectivamente. Se calculó entonces, que el riesgo de adquirir esta complicación estaba en 1 por cada 10,000 niños vacunados y se suspendió su uso. Estudios epidemiológicos posteriores han sugerido que la incidencia de esta complicación por la vacunación fue menor que las cifras sugeridas entonces. El efecto de esta medida en el mundo subdesarrollado se ha denunciado por la muy alta morbilidad y mortalidad que ocurrió por la infección de rotavirus, en todas esas poblaciones a las que se les impidió la vacunación.
Esta es la historia: vigilancia post vacunación aprobada, observación cuidadosa de los vacunados, aprehensión por la posibilidad de hacer algún daño, decisión pro activa pensando en prevención de daño, prevención de la enfermedad, fracasada o exitosa.
Hoy vacuno y vacunamos contra rotavirus desde las 6 semanas de vida hasta los 6 meses de edad, para salvar vidas. 11/07/21