- Oct 14, 2015
- Pedro Vargas
- Autismo, Crecimiento y Desarrollo, Padres, Para Doctores
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La mayoría de edad le llegó a la descripción de Kanner del autista, cuando yo iniciaba mi formación médica, en 1964. Para entonces, aún sobrevivía aquella descripción que decía del autista, como el individuo con una seria incapacidad de relacionarse con otros y con situaciones ordinarias, por lo cual prefería estar solo. Recuerdo perfectamente bien: “permanece sentado frente a la pared sin comunicar nada ni comunicarse con nadie, no importa lo que ocurra, en total ausencia y falta de empatía, en lo suyo”.
Si hay una condición que agota emocionalmente, como en lo social y lo financiero, esa lo constituye lo que conocemos hoy como trastornos del espectro autista (TEA) o autismo. De allí que se entienda la relativa urgencia de hacer algo y hacerlo temprano, que, en ocasiones, olvida el principio ético de no maledicencia o “primun non nocere”.
Lo cierto es que si hubiera una curación o una terapia que modifique y controle esta presentación de un trastorno no bien entendido aún, la perspectiva sería otra. Pero mientras no se conozca la intimidad causal, mientras no se haga una caracterización clínica mejor y no se logren subgrupos más homogéneos de TEA, los esfuerzos terapéuticos pueden quedarse cortos mientras se crecen la desesperación y la frustración.
El mejor conocimiento de la genética detrás del TEA sugiere caminos de terapia. Sin embargo, aún se está lejos de tener una respuesta terapéutica sobre la etiología. Por ello, se siguen experimentando formas innovadoras, aún no probadas, y cuyo uso debe estrictamente ofrecerse como investigación. Una de ellas es la estimulación magnética transcraneal o resonancia magnética.
La estimulación magnética transcraneal (EMTC) es un procedimiento que utiliza campos magnéticos para estimular células nerviosas en el cerebro. Mediante la aplicación de un alambre electromagnético sobre el cuero cabelludo y cerca al área cerebral que contiene las células que se quieren estimular, el campo magnético crea corrientes eléctricas dirigidas a ellas.
Hoy, este procedimiento se utiliza para el tratamiento de la depresión que no ha respondido a ninguna otra forma de terapia. ¿Cómo trabaja para depresión? No se conoce. Se considera que al incidir el estímulo eléctrico sobre neuronas que modulan el estado emocional, el paciente deprimido puede responder cuando no ha respondido a otras formas de terapia.
Para la depresión se usan y han usado otras formas de estimulación de neuronas más agresivas e invasivas, p.ej.: la estimulación del nervio vago o estímulos más profundos que requieren, incluso de la implantación de electrodos dentro del cráneo. Otra forma de estimulación se logra con descargas eléctricas de mayor voltaje, la terapia de shocks eléctricos que induce convulsiones en el paciente mientras se le aplica.
La EMTC es la menos invasiva de estas formas de estimulación neuronal y, sin embargo, tiene riesgos y tiene efectos adversos. Pero es una segura y bien tolerada forma no invasiva de estimular regiones corticales cerebrales focalizadas, mediante corrientes eléctricas pequeñas, que se generan en campos magnéticos
La EMTC se utiliza para precisar mejor los mecanismos fisiopatológicos de algunas entidades como para proporcionar una forma potencial de terapia. En ese sentido, se ha propuesto utilizarla en autismo.
La revista Frontiers in Human Neuroscience ha publicado (Front Hum Neurosci.2014;8:1034) aspectos de la conferencia internacional de consenso que se realizara junto con la reunión internacional sobre autismo, entre el 13 y 14 de mayo del año pasado, 2014, sobre la estimulación magnética transcraneal.
Allí se discutió la metodología basada en pulsos simples o sencillos, pulsos en pareja y ráfagas de pulsos. Se advirtió que aunque los efectos adversos no parecen superiores en pacientes con TEA, particularmente la inducción de convulsiones, los resultados son alentadores. Por el otro lado, EMTC ha permitido definir mejor las deficiencias neuronales corticales en pacientes con TEA y ha mostrado ser un instrumento apropiado para estudiar la excitabilidad cortical y la plasticidad del cerebro en TEA. Se llamó la atención de la existencia de heterogeneidad –respuestas variables- en los pacientes con TEA expuestos a ciertas modalidades de EMTC. Se cuestionó el efecto que EMTC pudiera tener sobre el desarrollo en individuos con TEA y sus efectos sobre el intelecto y la función cognitiva; y se ponderó la eficacia y el beneficio particular con los trenes repetidos de EMTC sobre los estímulos aislados. Los números pequeños para las poblaciones estudiadas como la falta de evaluaciones ciegas y el limitado uso de controles son factores que llaman a la prudencia y que se mantenga este instrumento en fase de investigación y como tal se maneje.
El entusiasmo por este procedimiento en TEA es válido pero su eficacia y beneficio no lo son mientras tampoco es un procedimiento sin riesgos o sin nocividad. La conclusión entre los expertos es que no habiendo evidencia favorable suficiente y definitiva, se requieren más trabajos de investigación cuidadosamente diseñados y apropiadamente controlados antes de establecerse la EMTC como una terapia probada para TEA. En otras palabras, su aplicación es experimental y, como tal, no debe promoverse como probada terapia y tiene que cumplir requisitos exigidos por comités de investigación y de ética nacionales.
ana quijada
8 noviembre, 2016 at 5:41 pmSi no debe promoverse como terapia porque en panama si se esta aplicando como una terapia para tratar autismo en un centro privado ?y a un costo elevadisimo.