- Mar 15, 2016
- Pedro Vargas
- Alergias, Padres, Respiratorio, Salud Pública
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El asma bronquial es una enfermedad
- de las vías aéreas, no de los pulmones
- crónica, no aguda
- alérgica y hereditaria, la mayoría de las veces
- que la tratan pediatras, neumólogos y alergólogos, casi en ese orden
una enfermedad de las vías aéreas
afecta los bronquios, que son las vías por donde entra el aire a los pulmones y por donde sale el aire que se exhala. Es importante reconocer esto porque un ataque agudo de asma no es una enfermedad del parénquima de los pulmones, de los alvéolos pulmonares; aunque, pudiera complicarse con una neumonía. Además, el principal problema respiratorio con el asma es que obstruye la salida del aire de los pulmones, y se acumula allí disminuyendo la capacidad de darle cabida a nuevas bocanadas de aire y oxígeno y, acumulando CO2, tóxico.
Las vías aéreas se obstruyen por 3 mecanismos claramente establecidos y que son los motivos de que su tratamiento sea con varios medicamentos:
- contracción excesiva y exagerada de los músculos que enlazan los tubos respiratorios o hiperreactividad
- inflamación con edema y congestión a nivel de las células interiores de los tubos aéreos
- producción exagerada de moco o flema
una enfermedad crónica
quien sufre de asma bronquial será siempre un paciente asmático, por ello su carácter de enfermedad crónica. El hecho que por temporadas, cortas o largas, la persona tenga períodos buenos sin síntomas o molestas, no le quita a esta enfermedad su carácter de crónica.
Aunque parezca algo puramente semántico, aquellos pacientes que “se mejoran” y no se vuelven a enfermar “más nunca” son pacientes que fueron diagnosticados como asmáticos sin serlo. Y, ¿por qué puede ocurrir ello? No es por “chambonada” de su médico, sino porque existe una condición transitoria reactividad exagerada de las vías aéreas a cualquier o algún estímulo externo, que se manifiesta con espasmo de los músculos de las vías aéreas, con inflamación celular y con producción exagerada de moco. Igual que ocurre con el asma bronquial. Y, porque no toda sibilancia es por asma.
Esta forma de hiperreactividad de las vías aéreas se da entre los niños con mayor dramatismo porque ya, de entrada, los niños tienen dimensiones internas de sus vías aéreas que son menores y, por tanto, más susceptibles a obstruirse más temprano y más fácil con enfermedades infecciosas respiratorias.
alérgica y hereditaria
En la gran mayoría de las veces, la enfermedad reactiva de las vías aéreas, recurrente y crónica, está acompañada de la historia familiar de problemas alérgicos, ya sea rinitis, dermatitis atópica o eczema y asma bronquial. Familiar significa que alguno o varios, en una o dos de las familias que constituyen o constituyeron la relación de padre y madre, conocen de casos propios de enfermedades alérgicas. En ocasiones, los padres suelen considerar que “familiar” se refiere solo a la familia inmediata, es decir, ellos mismos. Pero no es así.
Las manifestaciones de asma bronquial, en estas familias, pueden ocurrir a cualquier edad pero, en el 80% de los pacientes, el inicio se da antes de los 5 años de edad. En los Estados Unidos, entre 3% y 7% de los niños (unos 5 millones de ellos) sufren de asma bronquial y va en aumento, por su carácter genético.
tratada por médicos
El pediatra está o debe estar en la capacidad de manejar el asma bronquial que afecta a sus pacientes. Su entrenamiento lo ha capacitado para ello. A él debe consultarle y él o ella decidirá el manejo, que incluye referirlo a especialistas que considere apropiados, sea un neumólogo, para el manejo de complicaciones pulmonares significativas; o un alergólogo, para el estudio de su etiología o causa, y el manejo de complicaciones puntuales.
Entre los factores de riesgo para desarrollar los silbidos o sibilancias, los ruidos que auscultamos con los ataques de asma pero que no son solo propios del asma bronquial, tenemos:
- infecciones respiratorias, entre ellas las virales son las más frecuentes
- la presencia de otros signos de atopia o alergias, como la dermatitis atópica o eczema, familiares con rinitis alérgica o asma
- la alergia a las cucarachas
- la exposición al humo o irritantes de los cigarrillos
- la prematuridad, particularmente entre aquellos prematuros que sufrieron enfermedad respiratoria al nacer y requirieron de ventiladores mecánicos
Es importante señalar lo que es ya un “slogan”: “no todo lo que silba” es asma bronquial. Es más frecuente que lo sospechado, que niños con reflujo gastroesofágico presenten sibilancias nocturnas. Su problema no es asma bronquial sino reflujo gastroesofágico. En el primer año de vida, la infección por el virus respiratorio sincicial es frecuente causa de sibilancias, al punto que solemos decir que la bronquiolitis es el primer cuadro de asma bronquial de un niño, aunque hay estudiosos que consideran que la bronquiolitis remodela las vías aéreas en quienes la sufren y ello los predispone a sufrir de “asma bronquial”. En niños mayores, la infestación intestinal con parásitos en cuyo ciclo vital hay migración a los pulmones a través del sistema linfático y vascular venoso, una vez que la larva penetró por la piel (Stongyloides estercolaris), también produce sibilancias.
Las medidas y medicamentos probado para el manejo del asma bronquial van desde las formas preventivas como las formas terapéuticas específicas. Pueden ser farmacológicas como ser cambios en las formas de vida. Esto lo discute con su médico cada vez.
Apártese de personas, algunos médicos incluidos, que recurren a medidas no probadas que van desde hierbas y té hasta terapias no tradicionales que, como efecto dañino primario tienen el que reemplazan medicamentos y terapias probadas por la evidencia, con lo que hacen entonces daño, de forma indirecta cuando no lo es de forma directa. 15/03/2016