- Dic 12, 2015
- Pedro Vargas
- Adicciones, Adminstración de Salud, Deficit Atencional e Hiperactividad, Drogadicción, Jóvenes, Marihuana, Para Doctores, Salud Pública
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En los Estados Unidos la sustancia ilícita más usada es la Cannabis o marihuana. Su uso va en ascenso debido a la legalización en varios estados. En el año 2014, 80.6% de los consumidores de substancias ilícitas reportó usar marihuana.
Zaman T, Malowney M, Knight J & Wsley Boyd J: Co-Occurrence of Substance-Related and Other Mental Health Disorders Among Adolescents Cannabis Users. J Addict Med. 2015.9(4):317-321
Interesados en conocer la frecuencia del abuso y de la dependencia a la marihuana, este grupo del Departamento de Psiquiatría de las Adicciones de la Universidad de California y el Hospital de Veteranos en San Francisco, California, analizó las historias de 483 adolescentes referidos para evaluación a la clínica de abuso de sustancias de adolescentes. La información se obtuvo de los pacientes, de sus padres y de las personas encargadas de su cuidado.
Un 47% de los pacientes cumplían los requisitos del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (4ª. Edición) para considerar dependencia y un 32% para considerar abuso de la marihuana. Entre los adolescentes con trastornos por el uso de cannabis, la co-ocurrencia de abuso del consumo de alcohol y opioides fue alto. Estos individuos también sufrían de otros trastornos o co-morbilidades psiquiátricas.
La edad promedio de la población estudiada fue de 16.9 años, con un rango entre 11 y 24 años de edad. El 67.9% de ellos fue de sexo masculino. La raza blanca predominó en este estudio con un 59.4% de los pacientes y un 6.4% de pacientes de raza negra. En 22.8% de los pacientes no se obtuvo información sobre la raza. La procedencia hispana y latina se observó en el 6.8% de los pacientes, asiática en el 1.9% y en un 2.7% de los paciente fue otra. Los varones fueron predominantes entre los consumidores de marihuana que se consideraron abusadores o dependientes de ella. Noventa y siete punto 9 por ciento (97.9%) de los pacientes cumplieron requisitos para el trastorno de abuso de alguna substancia y el 9.3%, lo fueron para dependencia de poli-substancias, definido como la dependencia concurrente de 3 o más otras substancias El trastorno de uso de substancia más común encontrado fue el de dependencia a la cannabis y le siguieron: alcohol, abuso un 38.9% y dependencia un 19.9% y problemas con su uso, en un 8.7%; y, dependencia a opiodes, en un 22.2%. También se observó entre los porcentajes minoritarios una significativa frecuencia de dependencia de la cocaína (5.2%), abuso de la cocaína (4.2%) y problemas con la cocaína en un 4.4%. Problema se determinó en aquellos pacientes ingresados por “descartar abuso de”.
La co-ocurrencia de diagnósticos psiquiátricos se dio más en los dependientes de marihuana, y con bastante frecuencia, la co-ocurrencia de 2 o más trastornos psiquiátricos. Por ejemplo, pacientes con dependencia y/o abuso de la marihuana se diagnosticaron también con Déficit Atencional e Hiperactividad (ADHD) el doble de las veces que en otras poblaciones. Esta situación es importante toda vez que el uso de anfetaminas para pacientes con ADHD suele descartarse en los pacientes con dependencia o abuso de sustancias ilícitas. La co-ocurrencia de consumo de marihuana y alcohol con dependencia y abuso de ambos es otra seria situación que reveló un aumento significativo en los accidentes automovilísticos. La marihuana altera la capacidad de manejar vehículos al afectar la coordinación y el comportamiento automáticos como acelerar o frenar. El paciente que es dependiente o abusa de la marihuana debe ser periódicamente examinado por uso, abuso y dependencia del alcohol. Igualmente, por el uso, abuso y dependencia de otras substancias ilícitas.
La dependencia a la marihuana fue igualmente observada en los 3 grupos de edad que se hicieron para este estudio: menores de 16 años, entre 16-17 años y mayores de 18 años.
Se concluye que el estudio descubre que, el uso de la marihuana o cannabis conlleva un riesgo significativo de sufrir de otros trastornos o co-morbilidades, relacionados a los propios por el uso de otras substancias como a otras enfermedades o trastornos psiquiátricos. Estos hallazgos deben orientar los esfuerzos de salud pública para educar sobre los riesgos puntuales del consumo de marihuana, ya sea recreacional o medicinal.
Ya es conocido que no solo hay un aumento en el consumo de marihuana entre adolescentes desde el año 2008 (Kuehn BM: Teen marihuana use on the rise. JAMA 2011;305:242) sino que, paralelamente, ha ido popularizándose la idea de que la marihuana no hace tanto daño o no produce adicción (Kuehn BM: Teen perceptions of marihuana risk shift, use of alcohol, illicit drugs, and tobacco declines. JAMA 2013;309:429-430). El consumo de marihuana entre adolescentes está asociado a serias consecuencias como depresión años más tarde, enfermedades psicóticas y comportamiento suicida (Rey JM, Martin A, Krabman P: Is the party over? Cannabis and juvenile psychiatric disorder: the past 16 years. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry 2001;43:1194-1205; y: Rubino T, Zamberleti E, Parolaro D: Adolescent exposure to cannabis as a risk factor for psychiatric disordes. J Psychopharmacol 2012;12:177-188).