- Ago 9, 2017
- Pedro Vargas
- Adolescentes, Alcoholismo, Intoxicaciones, Jóvenes, Muerte súbita, Padres, Salud Pública, Urgencias médicas
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Entre adolescentes y jóvenes adultos, la necesidad de cumplir con los “viernes culturales” y los aburridos fines de semana se traduce en recurrir a al Vademecum de las Parrandas. Las bebidas energizantes están allí a la orden y al acecho.
Ellas suplen de esa capacidad de estar de pie por 12-16 horas, después de las 10 de la noche, para no defraudar a sus “peers” –compañeros y compañeras- de juerga. Estos productos no fallan porque son ricos en cafeína y, por tanto, aseguran un estado de alerta y de energía envidiable. Pero no todo es así de hermoso.
Para comparación en esa composición de cafeína tomamos prestado la siguiente tabla de un reporte de caso de complicaciones cardíacas con el consumo de bebidas energizantes[1]:
Bebida tamaño cafeína
del trago
oz mg/trago
Monster 16 160
Red Bull 8.3 66.7
Coca Cola 12 29.5
Mountain Dew 12 45.4
Nestea frío con limón 12 11.5
Café instantáneo 8 27-173
Starbucks café regular 16 260
Starbucks bebida de café doble 15 145
Starbucks Mocha Frappuccino 16 110
Starbucks Vainilla Frappucino 16 95
Después de las multivitaminas, estas bebidas son las más populares entre los jóvenes. Entre 30%-50% de ellos las toman según información dada por ellos y el consumo es regular.
En los EEUU estos productos se promueven como suplementos nutricionales y como tal pasan la vara y así se venden. Es la razón por qué se pueden introducir en un mercado donde el contenido máximo de cafeína para botellas de 6oz está limitado a 32.4mg y de 65mg para botellas de 12oz. Como puede verse en la tabla comparativa, estos productos duplican y hasta cuadriplican las concentraciones de cafeína permitidas.
El año pasado se registraron más de 20,000 consultas a los cuartos de urgencia de hospitales en los EEUU por efectos adversos con la ingestión de bebidas energéticas[2]. Esta industria multimillonaria (se calcula que puede genera 61 mil millones de dólares en el año 2020) está dirigida a la gente joven, incluyendo adolescentes y niños.
Entre los compuestos de estas bebidas tenemos: cafeína, el componente primario y en cantidades que van de 50mg a 500mg, mientras que una taza de café tiene unos 100mg; guarana, un componente muy similar a la cafeína (1gm de guarana equivale a unos 40mg de cafeína); azúcares, entre 21g y 34g de azúcar en una lata de 8oz (sucrosa, glucosa o fructuosa como sirope de maíz), que predisponen a la obesidad; taurina, un aminoácido que potencia los efectos de la cafeína; Ginseng, que está ligado al insomnio, hipertensión arterial y dolores de cabeza; y, vitaminas del complejo B.
Entre los efectos asociados a estas bebidas los más prominentes son las arritmias cardíacas, algunas de ellas fatales, como la fibrilación ventricular. En la literatura que ha informado de esta situación llama la atención que los casos más serios revelan la ingestión paralela de otras sustancias (alcohol, marihuana u otra bebida energizante)[3],[4],1. Episodios agudos y transitorios de hipertensión no son infrecuentes y quejas de palpitaciones, que se hacen más prominentes con el número de bebidas que se tomen en el día[5]. Es importante que los adultos tengan esto en consideración si son pacientes con riesgo para enfermedad cardíaca o accidentes cerebro vasculares.
Con la bebida Monster, que constituye el caso reportado por Maryam Sattari, los efectos cardiovasculares reportados a la Agencia de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos son desde incómodos hasta fatales:
Síntomas Frecuencia
Arritmia 1
Fibrilación atrial 1
Elevación de la presión arterial o
fluctuaciones 2
Paro cardíaco 2
Dolor en el pecho 4
Muerte 5
Mareos 5
Aumento o irregularidad del ritmo cardíaco 5
Perdida del conocimiento o síncope 3
Palpitaciones 2
Infartos al miocardio o elevación del
segmento S-T en el EKG 3
Vómitos/arqueos 8
Es importante reconocer que otros componentes de estas bebidas pueden potencias los efectos nocivos y las personas más susceptibles pueden sufrir serios daños por esto. Es también muy probable que en la borrachera de la parranda el individuo recurra varias veces a estas bebidas, aumentando con ello el contenido de cafeína ingerido en pocas horas.
No se puede desdeñar el hecho de que otros componentes, entre ellos, la taurina, tiene un efecto potenciador de la bebida, lo que ciertamente no es que sea una ventaja. Y, como si fuera poco, el alcohol que suele acompañar esta fiesta, que aumenta la vida media de la cafeína, o sea su presencia sin degradarse, en el torrente circulatorio y en los órganos apuntados: corazón y cerebro.
Entonces, que la fiesta de la noche, traída para acabar con la tristeza del día –como sugería un anuncio de una bebida alcohólica hace un tiempo atrás- no traiga más tristeza al día siguiente.
Y, como corolario, las bebidas energizantes más suaves, como el Gatorade, que se utiliza en la práctica de deportes, supuestamente saludables, son otro riesgo a largo plazo para obesidad, por ejemplo, por su alto contenido de azúcares. Los entrenadores deben enseñar a tomar agua para hidratar y no azúcares para aumentar el “pep”.
En el 2014, centros para control de envenenamientos reportaron que el 40% de las llamadas obedecieron a bebidas energizantes ingeridas por menores de 6 años de edad.
[1] Sattari M, Sattari A, Kazory A: Energy Drink Consumption and Cardiac Complications: A Case for Caution. J Addict Med 2016;10:280-282
[2] Campbell K: Caffeine Can Kill: the Dangers of Energy Drinks. Health Care/or Better. health.usnews.com May 24, 2017
[3] Wilson RE, Kado HS, Samson R et al: A case of caffeine-induced coronary artery vasospasm of a 17-year-old male. Cardiovasc Toxicol 2012;12:175-179
[4] Goldfarb M, Tellier C, Thanassoulis G: Review of published cases of adverse cardiovascular events after ingestion of energy drinks. Am J Cardiol 2014;113:168-172
[5] Brusuttil M, Willoughby S: A survey of energy drink consumption among young patients presenting to the emergency department with the symptom of palpitations. Int J Cardiol 2016;204:55-56