- May 9, 2022
- Pedro Vargas
- Fiebre
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“La calentura no está en las sábanas”, se dice para invalidar toda clase de conjeturas sobre hechos o imaginaciones y obviar señalar lo puntual. Pero es cierto que “hay que sudar la fiebre” y para sudarla, no hay como arropar de pies a cabeza al paciente febril con no una, sino más de una sábana, frazada o colcha, incluso. Sudada la fiebre, la sábana era un charco de agua con sal y el paciente había dejado los escalofríos que parecían convulsiones y el sudor que corría como lágrimas por la cara y el cuerpo húmedo.
Pero, ¿qué es fiebre? La fiebre es una temperatura corporal que está por encima de la temperatura usual del individuo sano. Dicho esto, entonces no debiera existir una temperatura única para calificarla de febril. Sin embargo, manejamos rangos de temperaturas para considerar lo que no es fiebre porque en esos rangos descansan la diversidad de temperaturas humanas, que tampoco es que sean tan variadas.
Una definición práctica es considerar fiebre aquella temperatura que supera la temperatura usual en un grado centígrado. Al menos, es lo que uso en mi práctica pediátrica. Hoy, cuando todo el mundo se tomó la temperatura para entrar y salir a cualquier parte y porque todo lo que sabíamos de COVID-19 era que se presentaba con fiebre, todos debemos ya conocer nuestras temperaturas en sanidad.
Dejo constancia que no estoy hablando de febrículas, un término alarma, para avisarnos que algo llega o está por llegar con malestar y otras cosas.
Las madres son muy eficaces para darse cuenta con la sola palpación, de que el niño tiene calentura o fiebre. Son mejores que los médicos y las enfermeras para eso, pero no mejor que los termómetros.
Los termómetros mal usados tampoco son mejores que los termómetros. El clásico termómetro de mercurio se ha dejado de usar porque cada vez que se rompía, diseminaba bolitas de mercurio, saltarinas y venenos. Entonces apareció el termómetro digital y luego el termómetro mal llamado “de irradiación”, porque no irradia sino que convierte el calor que irradia la piel en valores numéricos. Revela con prontitud la información que se quiere conocer. El termómetro digital requiere más tiempo, aunque no es mucho mayor, para marcar la temperatura del paciente, en la boca, en la axila, o en el recto. Y allí, que haya perdido popularidad porque en esos sitios, excepto las axilas, puede lastimar seriamente si se introduce sin cuidado o el niño se mueve mucho.
El termómetro de irradiación puede medir la temperatura timpánica, pero solamente si el sensor del termómetro está dirigido o “mirando” el tímpano. Eso es imposible verlo pero si se jala la oreja hacia atrás y hacia arriba y el sensor se dirige, dentro del canal auditivo, imaginariamente hacia la nariz, la temperatura medida es la del tímpano. Esto ni personal médico suele hacerlo correctamente, por lo que pedirlo que se haga bien, a alguien que usa el termómetro ocasionalmente tiene un alto ingrediente de esperanza y confianza.
Para mí, el termómetro más práctico y seguro, casero y hospitalario, para determinar si hay fiebre o no es el que detecta en la piel, la irradiación de calor. Debe sí, aplicarse en una superficie plana de la anatomía, la frente entre las cejas, por ejemplo, y a una distancia no mayor de 2.5cm La superficie debe estar seca.
Una advertencia. En los niños arropados es necesario esperar a desarroparlos y entonces unos 5 minutos más tarde tomar la temperatura. Igual, si han estado recibiendo la corriente del aire acondicionado en la cara, evitar esto por ese tiempo para entonces tomar la temperatura.
Como ya se dieron cuenta, no dí ningún valor absoluto de fiebre. Pero resumo, si mi temperatura usual es 36ºC, cuando yo tengo 37.2ºC, tengo fiebre. Si mi temperatura usual es 37.4ºC, solo tengo fiebre cuando tengo arriba de 38.4ºC, recuerde el 3er. párrafo de este escrito. ¡Ah!, y más importante, la fiebre:
- no es una enfermedad
- hace sentirse a uno más mal de lo que se está
- no daña el cerebro, aunque se convulsione con ella
- no se trata con antibióticos
- los medios físicos como el agua para bañar o para tomar son eficaces y no son dañinos para tratar la fiebre
Ahora, la sábana sigue siendo instrumento y vehículo, por ejemplo, los bandidos y bellacos se arropan con la misma sábana, quizás porque tienen la misma enfermedad o el mismo contagio.