- Sep 12, 2019
- Pedro Vargas
- Enfermedades Psiquiátricas, Resucitación, Salud Mental, Suicidio
- 0 Comments
Es urgente que los padres y los maestros como los compañeros de estudios escuchemos sin prejuicios y sin juzgar, sin interrumpir, a nuestros hijos, a nuestros alumnos, a nuestros amigos de clases. Es urgente que volquemos nuestro tiempo a escuchar. No es una epidemia de suicidio, es una epidemia de desarraigo familiar y social, no pocas veces invisible, muchas veces ignorada.
Hoy, con una concurrencia de unos 1,000 estudiantes de escuelas secundarias de la capital, de escuelas públicas y privadas, dejamos oír voces sinceras y genuinas de desesperanza. Qué cerca del suicidio hemos estado esta mañana. Qué generoso ha sido el tiempo para que conozcamos al Otro.
El desconocimiento sobre salud mental es la barrera infranqueable que facilita el salto a la idea de quitarse la vida y al hecho de consumar esa idea. Lo podemos detener si nos acercamos. Por favor, acerquémonos.
Si algo puede hacer el Estado por nuestros jóvenes y las familias es, lo más pronto posible, incluir Salud Mental como una materia de estudio en todas las escuelas. No para salir del paso sino para salirle al paso al ingrediente que nos intoxica y nos enferma, recrear una sociedad que solo lleva al cansancio mediante el aislamiento y la división de quienes la conforman por una carrera salvaje de rendimiento, que se dopa fallidamente, como lo ha sugerido algún autor.
Ojala, que junto a la necesidad impostergable de tener ayuda disponible las 24 horas para responder un llamado desesperado por salvar una vida que se va, mediante una línea telefónica y un servicio con personas entrenadas para responder, la inclusión de la materia de Salud Mental se logre prontamente. Algún hijo nuestro lo necesita, algún alumno nuestro lo necesita, algún compañero de clases lo necesita. 12/9/2009