Trataré de ser puntual para que Ud., la mamá o el papá, o Ud., el paciente y joven adolescente o adulto tengan a mano claros algunos aspecto del asma bronquial y del ataque agudo de asma.

 

Contrario a lo que nuestros padres aprendieron, hoy día el ataque de asma se sospecha con las primeras toses, antes de que entre en aquella fase dramática   de quien se asfixia  porque no le llega aire a los pulmones.  Todavía encontraremos algún caso así, pero un índice de sospecha temprano como la agresividad y prontitud para tratar síntomas iniciales son esenciales para evitar aquellas catástrofes costosas y hasta mortales.

 

¿Cuáles son esos signos o síntomas que nos hacen tener un índice de sospecha de que estamos frente a un ataque de asma?

•     tos recurrente, seca o con flema, «de fumador»
•    pecho apretado
•    dificultad para respirar         
•    sibilancias o «ruido como de gato» en el pecho

 

 

El asma es una enfermedad de los bronquios, no es una enfermedad de los pulmones.  Puede, eso sí, complicarse con el compromiso de los pulmones, entre otros órganos, pero es una enfermedad de las vías aéreas.

Las vías normales   son como tubos amplios, con luz amplia, que permiten el paso de aire sin obstrucción para que lleve el oxígeno a los últimos sacos o alveolos y así intercambiar el anhidro carbónico que trae la sangre por las arterias pulmonares (la única vez que la sangre azul viaja por las avenidas lujosas de las arterias, que están hechas para llevar sangre con oxígeno al cuerpo).  Ellas, las vías aéreas, tienen una especie de forro muscular que se contrae y se distiende o dilata según las circunstancias, y por dentro, también tienen una cubierta que, entre otras cosas, libera moco para la protección de la respiración.  Ante un ataque agudo de asma, el panorama cambia:

    la luz de las vías aéreas se van estrechando y haciendo muy difícil la entrada y la salida del aire a los alveolos.                             

 

Por razón de una reacción irritante, alérgica usualmente, no solo los músculos de los tubos se contraen y, con ello, estrechan desde afuera a los mismos tubos, sino que dentro de ellos, la mucosa interna libera cantidades insospechadas de moco y las células mismas se hinchan o inflaman.  Tres factores muy eficaces para que el diámetro interno de los tubos o, lo que llamamos luz, se disminuya exponencialmente y ponga en serio riesgo la oxigenación de la persona y la liberación del tóxico anhidro carbónico.  Si no hay una respuesta restauradora pronta, los alveolos pulmonares o el parénquima pulmonar sufrirán y entrará a formar parte del ataque de asma agudo, que inicialmente era una molestia solamente en las vías aéreas.  Por ello hay que ir al rescate inmediato.

 

Antes de seguir, otras dos verdades no bien dichas:  (1)  no todo lo que silva (sibilancias) en el pecho, es asma;  (2) el asma es esencialmente una enfermedad alérgica y con historia familiar.  

 

Entre los alergenos más frecuentes e insospechados están las infecciones respiratorias y de ellas, las de origen viral.

 

    Entre los más sospechados y más difíciles de eliminar están el cigarrillo      y el pelo y saliva de animales domésticos como los perros y los gatos.  El uno, el tabaco,  por adicción.  El otro, los animales, por amor.

Los ácaros domésticos, esos animales feos cuyo excremento es el alergeno más potente,    junto con las legendarias cucarachas, son de los más constantes alergenos ambientales en los hogares.  Es por ello que insistimos mucho en la limpieza de la casa y el medio donde los niños habitan la mayor parte del día, incluyendo las aulas de clase.

 

  Otro elemento que «dispara» ataques agudos de asma lo constituye el ejercicio físico y la actividad deportiva.  Hay niños que se cansan muy pronto en las clases de natación y se les descalifica de perezosos y sencillamente su capacidad respiratoria, afectada por la reactividad de sus bronquios en el asma, se disminuye y con eso, su resistencia al ejercicio o al deporte. Otros salen a un parque de béisbol o de fútbol y terminan con tos y agitados.  

El asma inducida por el ejercicio es bien conocida.  Esos niños se benefician de recibir un broncodilatador inhalado antes de iniciar la actividad deportiva.

 

Con los alimentos vemos más reacciones alérgicas manifiestas como problemas cutáneos y gastrointestinales.  La urticaria aguda es uno de los más llamativos y preocupantes para los padres porque lo consideran como un presagio de que al niño se le cerraría la glotis y podría asfixiarse.  Eso es raro y aunque hay ciertos alimentos particularmente alergenos y en esa dirección de reacción, el maní por ejemplo, la mayoría no lo hacen.  Sin embargo, la proteína de la leche de vaca, particularmente la caseína, sí empeora síntomas del asma bronquial, como la tos y el aumento de la flema o moco en el árbol respiratorio.

 

Una palabra sobre el manejo en casa.

Donde se tiene un hijo con asma bronquial o un padre alérgico, no debe tomarnos de sorpresa tener otro hijo con ataques agudos de asma.  Si ya conoce que su hijo es asmático, no demore el manejo apropiado, que ya se le ha enseñado por su pediatra o por su alergólogo.  Una dosis de más o innecesaria de un broncodilatador o hasta de un corticoide es menos dañina que iniciar tardíamente el tratamiento para el asma.  Inicie el manejo en casa mientras llega a la clínica o al hospital para continuar indicaciones de cómo tratar el ataque agudo.

 

No olvide tampoco que se puede gastar toda la plata del mundo, de la que dispone y de la que no dispone, en medicamentos y en doctores para «curar» el asma de su hijo, pero si no se propone seriamente a eliminar los alergenos conocidos del ambiente y de las comidas de su hijo, no tendrá éxito alguno y puede terminar muy mal una condición familiar, para la cual no se fue agresivo en su momento.