- Dic 5, 2018
- Pedro Vargas
- Crecimiento y Desarrollo, Crianza, El niño, Juegos y Educación, Juguetes, Otras Lecturas, Tecnología
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Si un consejo puedo dar a los padres de los niños, que esperan curiosos y ansiosos qué regalos les aparecerán alrededor de sus camas, bajo el árbol de Navidad donde hay uno, o en el patio de la casa es que en las próximas semanas no lean los periódicos y cambien de canal en sus televisores cuando brutalmente se meten en sus hogares los monstruos del capitalismo: el consumo y la deuda, la frustración y la infelicidad.
No es cierto que la primera computadora, que el teléfono electrónico, que la tableta Mac es el regalo que hay que hacerle al hijo de 5 años, incluso al de 3 años. No, eso no es cierto. Y si cada vecino se cuida de equivocarse, ningún niño competirá por los regalos del otro, ni envidiará “la suerte de tener papás con dinero”. El regalo más caro no es el mejor. No se deje engañar, detrás de estas ofertas del comercio no hay ninguna evidencia científica que es lo que en estas edades se requiere para enriquecer la inteligencia.
Al niño preescolar le divierte más jugar con sus padres. Antes que un BMW de pedal prefiere empujar una cajeta de víveres o meterse en ella y simular que maneja, colocar bloques sobre bloques o hacer murallas con ellos, descubrir figuras amigables mientras arma las piezas grandes de un rompecabezas, reír a carcajadas con su madre cuando la encuentra donde se escondía en su juego, o entrarse con ella en esa cajeta grande que ahora es casa. No es el juguete que se mueve más rápido, que tiene más luces o hace más ruidos, que ruge como un auto de carreras o al que se le abren las puertas y la tapa del capó o del maletero. Tampoco la muñeca que llora si no le ponen la mamadera en la boca, o que tiene más ropa para ponerle y tacones más altos. O, la estufa con todas las ollas, la refrigeradora con todas las carnes o la máquina de coser que pega y despega bastas.
Hay que ser sencillos con los niños que crecen. Ellos no buscan sofisticación ni ciencia sino diversión. No es cierto que las largas horas frente a una pantalla fue un deseo innato al año de edad, ni a los 2 años. Tampoco es cierto que porque una película se la cataloga de docente lo es. Dónde están las pruebas que lo confirman. Los colores se aprenden frente a ellos mientras se juega con lápices de cera y cartones para colorear, los números tienen su momento como las letras del alfabeto cuando se celebran cumpleaños, fechas, los nombres propios. Y menos cierto es que hay juguetes creados para ayudar al niño a lograr un hito de su desarrollo y pasar a otro.
Menos cierto es que a tales tempranas edades el juguete electrónico estimula el cerebro humano y hace genios. Ahora, temprano en la vida, los niños quieren sentir a sus padres, hablarles en sus idiomas, arrastrarlos hacia los lugares que se les ocurre llevarlo, sin planes ni mapas. Andan en su búsqueda, quieren encontrarlos.
Y mientras juegan, los niños aprenden en la medida del desarrollo cognitivo de cada uno, y cuando el juego es con sus padres, ese desarrollo es más saludable, tanto en lo físico como en lo mental. Conocemos que la tecnología introducida muy temprano y con vehemencia, durante estos años, interfiere, obstaculiza y entorpece el proceso de aprendizaje de la lengua y del lenguaje del niño.
La Navidad es tiempo de regalar para los niños, no regale juegos electrónicos a sus hijos pequeños y, no regale tanto. No es cierto que el niño la pasa mejor el 25 de diciembre con 10 regalos que con 2 o 3 regalos. Haga la prueba. Si ya compró media tienda, saque solo 2 o 3 para ese día tan esperado y guarde los otros. Habrá otros momentos durante todo el año, para ir sacando uno a uno y celebrar alguna fecha u ocasión. Créame, su hijo o hija no espera tanto regalos como espera compañía y sencillez, como expresiones de su amor por él o ella. 4/12/2018
Patricia Gómez
5 diciembre, 2018 at 4:37 pmExcelente artículo Dr. Vargas.
Ruperto Palma
6 diciembre, 2018 at 3:29 amExcelente mensaje y enfoque sobre cómo desarrollar la felicidad y explorar la creatividad y el desarrollo cognitivo en la niñez durante las navidades , debemos de activar las inteligencias múltiples de la cual habla Howard Gardner con cosas y juegos sencillos sin alterar y confundir la emoción en la niñez.