- Jun 18, 2021
- Pedro Vargas
- Bioética, Ciudadanía, COVID-19, Cultura Democrática, Cultura Política, Derechos Humanos, Salud Pública, SARS-CoV-2, Temas ciudadanos, Vacunación, Vacunas
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Hay varias situaciones nuevas de esta pandemia, que no teníamos hace 6-9 meses. Por eso, no son comparativos los resultados ni las medidas. Algunas medidas higiénicas o ninguna, tendrían que modificarse, como alguno o todos de nuestro comportamiento.
- Hemos descubierto cepas o variantes del virus SARS-CoV-2
- Se inició la vacunación contra COVID
- La vacunación no ha alcanzado iguales porcentajes de las poblaciones, incluso, hay poblaciones que no han sido vacunadas
- “fueron apareciendo sorpresivamente”, para aquellos que, en la era antes-de-COVID-19 nunca vacunaron y los otros que se vacunaron sin preguntar nada, efectos adversos de las vacunas, personas infectadas, otras enfermas, mucho menos hospitalizadas y ocasionales fallecidas, a pesar de la vacunación contra COVID-19
- se negoció con la salud y con la ingenuidad y vulnerabilidad de las personas y se le dio la oportunidad a los sistemas de justicia de actuar verticalmente para honrar la verdad y la equidad y proteger al ciudadano, o para desnudar su corrupción
- Los que estamos vivos ya experimentamos no solo deterioro de nuestra salud mental y, por tanto, de nuestras decisiones, sino que estamos cansados del aislamiento, también más cansados que de escuchar sobre la prevalencia del virus, de los infectados, de los enfermos, de los muertos, de los que tienen secuelas de la enfermedad
- Leemos u oímos, para retener solo lo que le interesa a nuestra causa, y así extrapolamos también decisiones de autoridades de salud pública de otros gobiernos para exigir igual tratamiento o manejo para nosotros
Es necesario que no olvidemos que no somos Israel, no somos Alemania, no somos Francia, no somos Alemania, no somos Suiza ni somos Noruega. Tampoco somos Estados Unidos. Tenemos cerca, además, para ver resultados a Colombia, a Costa Rica, a Guatemala, a México, a Chile, a Brasil. Y, tampoco somos esos países hermanos. Somos Panamá con su falencias en salud pública, con sus incoherencias gubernamentales, con la desafortunada politización de la salud y la educación, con su cultura del “juega vivo”, con su población de “leche condensada” y, aún, con derechos a protestar y a “sufrir” por protestar.
Tomemos Israel, donde con gran celebración y alegrías, se quitaron la máscara facial los niños en las escuelas y se reabrieron los aeropuertos, ya se puede ir a las sinagogas y celebrar sus fiestas religiosas, a los restaurantes y la movilización de las gentes se normaliza. La tercera ola se manejó con dureza y determinación y eso produjo protestas por descontentos y por intereses lastimados, pero también trajo como resultado, un retorno a la vida en las calles, con mayor seguridad.
En diciembre del 2020, cuando se daban más de 3,000 casos diarios de la infección, Israel reconoció la 3ª. Ola y aisló ciudades; limitó la movilización, primero, a 1,000m y luego a 100m, antes de prohibir todas las visitas entre los vecinos, familiares y amigos. Se dictó que no podían estar juntos más de 5 personas en un lugar cerrado y no más de 10 en espacios abiertos –ya fueran entierros, bodas o fiestas religiosas. Se volvieron a cerrar restaurantes, salones de belleza, clínicas de medicina no tradicional, sinagogas, escuelas. Se suspendieron celebraciones en grupos de las fiestas religiosas. El transporte público se redujo a un 50%. Se prohibió la entrada al país de turistas. Se cerraron los aeropuertos y, claro, las medidas fueron cónsonas con la clasificación de las ciudades por su condición higiénica y epidemiológica, donde el color rojo, señaló zonas prohibidas. El toque de queda llegó a comenzar a las 8:30 pm y hasta las 5:00 am., y las medidas arreciaron después de fiestas religiosas, como para Hanukkah en los primeras 2 semanas de diciembre, en el 2020. Y, como ningún otro país, excepto los Estados Unidos con su nueva administración, ha vacunado a un 80% de la población.
Es muy probable que la emergencia de cepas variantes del SARS-CoV-2
- nos regrese a las medidas estrictas y rígidas
- nos revele menos protección por algunas de las vacunas
- nos ocupe más camas hospitalarias, de cuidados intensivos y nos aumente las cifras de mortalidad
No es necesario negar, allí están las noticias de lo que ocurre en otros lugares, desde la imposición de regulaciones severas, hasta las manifestaciones de desagrado y protestas; desde alcanzar la cúspide de la montaña rusa, hasta experimentar la precipitosa y rápida caída a las honduras más miedosas. 18/06/21