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Tomado de:

Conferencia dictada en el

Atlanta Trauma Symposium 2020

por: Steven Kane, MD

 

  1. Fútbol no es tan benigno como creemos
  2. El niño de 15 años no tiene juicio suficiente para conocer el peligro
  3. Este es un asunto y responsabilidad de los padres

 

Antes de entrar en la esencia de esta conferencia, traigo un dramático caso de mi consulta pediátrica, de hace algunos años atrás:  el jugador, de 14 años, no reconoce el chófer que lo viene a buscar siempre, y que lo trajo 2 horas antes, al campo de juego cuando ha terminado el juego. Solo después de indagar varias veces a sus compañeros de juego y a su coach qué le ha ocurrido, entonces recuerdan que efectivamente se golpeó en un choque cabeza con cabeza pero “no pareció importante”.

 

 

En Estados Unidos

  • 53% de los atletas de escuela secundaria han sufrido de concusión cerebral, ya antes de participar en los deportes de la escuela
  • 36% de los atletas universitarios tienen una historia de múltiples concusiones cerebrales
  • 6-3.8 millones/año: la incidencia de mTBI (mild TBI)
  • 40,000 (entre estudiantes de secundaria) y 250,000 concusiones anuales entre jugadores de fútbol americano (estudio de University of Northern Carolina)
  • Enfermedad de Alzheimer entre los jugadores profesionales de fútbol (mismo estudio de UNC) es 37% superior que lo normal
  • Expectativa de vida entre los jugadores profesionales de fútbol inferior a los 60 años
  • En los últimos años, más de 4,500 jugadores de fútbol americano retirados han demandado a la NFL por $765 millones

 

¿Existe un casco del jugador de fútbol americano que lo proteja de la lesión y el daño cerebral traumática?  La respuesta es: NO.  Sin embargo, ya existe un casco, tipo Guardian, que parece ofrecer ventajas sobre los otros, y, si es así, debe ser la elección de aquellos que aún insisten en jugar un juego tan peligroso para la integridad del cerebro.

 

En este tipo de trauma y daño cerebral ¿cuántos son responsables?

 

  • La industria
  • La liga de fútbol o la escuela
  • Los árbitros de los juegos
  • Los coaches
  • ¿los padres?

 

¿Quiénes y por cuánto tiempo?

En encuestas hace unos 15 años atrás, la frecuencia de concusión cerebral era casi 3 veces superior en varones cuando se compara con las niñas, y los deportes que lideraban las encuestas eran el futbol americano por lejos.  Muy por debajo, el soccer y el basketball.  Curiosamente no se menciona el boxeo, quizás porque no se considera un deporte en las escuelas.

 

  • 10%-20% de los individuos presentan síntomas de concusión por varias semanas, meses y hasta años. Esto es propio de la concusión cerebral y no del origen de ella

 

 

¿Cuáles son los factores de riesgo para concusión recurrente?

 

  • Volver al juego en los primeros 10 días de la primera concusión
  • Jugar en la posición de Quaterback
  • Volver al juego antes de haber recuperado la función neurocognitiva base o un examen neurológico normal
  • Volver al juego aún con síntomas persistentes

 

 

Existe un test de función neurocognitiva, computarizado, aprobado para evaluar la posibilidad de regresar a jugar y se le conoce como ImPACT.  Su costo no lo hace asequible a todas las escuelas.

 

 

¿Está todo jugador a riesgo de volver a recibir trauma concusivo?

 

Un estudio de la Universidad de Boston (BU) revela preocupantemente que:

  • en cada temporada de fútbol americano se registran entre 800-1200 traumas a la cabeza con concusión
  • que el factor importante es el golpe repetido, no tiene que producir concusión. Es suficiente que te “jamaqueen” de un lugar a otro
  • es bien aceptado que esta situación de traumas craneanos repetidos produce una encefalopatía traumática crónica, una condición degenerativa de las neuronas cerebrales, que a su vez aumenta la aparición de depresión, ideación sucida y la enfermedad de Alzheimer
  • la proteína de Tau, una que estabiliza los microtúbulos en el sistema nervioso central y los axones, que con el tiempo por múltiples insultos al cerebro se disocia de los microtúbulos y se agrega alrededor de ellos y produce el daño crónico degenerativo
  • estudios de los cerebros de estos jugadores que han sufrido todas estas enfermedades y muerte revelan el agregado de las proteínas de Tau alrededor de los vasos y en los surcos cerebrales. Este hallazgo histopatológico no se observa en Alzheimer sino solo en cerebros con historia de concusión cerebral y múltiples golpes a la cabeza
    • este hallazgo se observó en 79/80 cerebros donados de jugadores de la NFL
    • se ha observado en cerebros de 20 años de edad con historia de trauma cerebral
    • estos hallazgos se han replicado en el animal de laboratorio expuesto a trauma cerebral repetido

 

 

 

Como pediatra debo:

 

  • dar esta información a los padres y a los pacientes
  • recordar que existen otros deportes y actividades deportivas de no riesgo o menor riesgo para daño cerebral. En efecto, estamos en el deber de proteger el cerebro intacto para la función de todo niño o púber o adolescente

 

 

El futuro depara la posibilidad de otros estudios para determinar estas situaciones irreversibles del cerebro, al menos en sus fases iniciales, con la expectativa de detener el daño progresivo, que no hemos podido probar que podemos detener, o hacerlo demorar en su progreso.  Incluso, se podría determinar el riesgo mediante estudios del DNA, el ácido deoxi-ribonucleico.   27/10/2020

 

 

 

 

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