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Es mucho lo que se puede decir sobre la leche materna y sobre la lactancia materna.  Todo se puede decir sin extremismos ni fanatismos, con la evidencia en la mano.  Lo peor que ocurre con un producto es atribuirle cualidades que no tiene y perder el tiempo en ello mientras se ignoran las que sí tiene.   Y de aquello abunda entre quienes en un acto de desesperación por hacer valer lo que ya tiene valor, más que un acto de docencia, encuentran en la leche materna las gotas oftálmicas, las curaciones del muñón umbilical y los humectantes de la piel reseca, que enseñan.  La leche materna no es una varita mágica y la lactancia materna no está en manos de un mago.  Alimentar al recién nacido exclusivamente con leche materna durante los primeros 6 meses de vida es un don, es un privilegio, es un instrumento de salud y de higiene en sociedades con todas las calificaciones de PIB pero, mejor, es una oportunidad de atención única que enriquece las vidas de hijo y madre, y redunda en beneficio de la sociedad.

 

  • La mejor estrategia de mercadeo no es necesariamente para el mejor producto. Un buen producto no necesita tanto para reconocerlo, y uno mediocre, se hace propaganda
  • Con respecto al apoyo que debe recibir toda mujer embarazada y su familia sobre los beneficios de la lactancia materna, está probado que si esto se acompaña de ninguna promoción de fórmulas artificiales, el éxito de la lactancia materna es más visible[1]

 

  • El ser humano es un mamífero con características anatómicas que le facilitan mamar para alimentarse (un solo hueso dentario –la mandíbula- que se articula con el escamoso del cráneo –el hueso temporal-, y una paladar que separa el paso del aire hacia la tráquea del tránsito de agua y alimentos al aparato digestivo)

 

  • Decidirse por la lactancia materna es quizás la más importante decisión informada, que una madre embarazada o que planea tener un hijo pueda tomar[2]

 

  • La leche del pecho materno preferiblemente se da por succión del pecho. La boca del bebé se pega a la areola de la glándula mamaria (no al pezón), la muerde para retenerla allí mientras le succiona antes de deglutir la leche. En ocasiones, la leche materna ordeñada, como la leche industrial, se da en mamadera para no interrumpir el aprehender, morder, succionar y deglutir, mientras se respira; y no con un vasito o con una jeringa, excepto en situaciones donde la suplementación alimenticia enteral (por boca) es crítica y la capacidad del bebé está superada por enfermedad o inmadurez

 

  • Junto con el contacto piel a piel, ofrecer al recién nacido el pecho de su madres -en la sala de parto o en el salón de operaciones- es una iniciativa que se debe favorecer para beneficio de la lactancia materna, con el conocimiento y aprobación de los padres y sin producir o aumentar los riesgos de salud y estabilidad del niño. En niños con muy bajo peso al nacer (< 1,800g – 2,000g de peso) o prematuros significativos (<34 semanas de gestación), esta práctica es responsabilidad del neonatólogo

 

  • La obesidad materna, además de dificultar la fertilidad y el parto, afecta negativamente la producción de leche materna (lactogénesis)[3], por lo cual la mujer que planea quedar embarazada debe planear mejorar su peso con la ayuda del equipo médico

 

  • Los niños en los quienes ya se ha establecido la alimentación del pecho materno, no sufren de “confusión de chupete o mamón” (“nipple confusion”), cuando se les da su alimento ordeñado en una mamadera o se les ofrece un chupete o pacifier. Él o ella prefiere a la madre si prefiere tomar del pecho cuando tiene hambre, o de la mamadera si prefiere atragantarse, que comer comedidamente del pecho. Ellos saben exactamente que es más laborioso alimentarse del pecho materno, pero que tiene recompensas; y que es mucho más fácil succionar del chupón de una mamadera. Este concepto de “confusión” se aplica solamente a las primeras 2-3 semanas de vida, cuando aún no se ha establecido la lactancia materna. A lo que el niño recurre es a predilección

 

  • Promover la lactancia materna no debe ser una estrategia sino un consejo a favor de la conservación de la salud, del buen crecimiento y desarrollo del bebé, de enriquecer la relación que establece el niño con su madre y, a su paso, por la salud de la madre y el beneficio social e higiénico de la comunidad

 

  • El lenguaje y la actitud coercitiva para favorecer y proteger la lactancia materna flaco favor le hace a esta iniciativa, aunque es necesario que se conozcan los beneficios de la lactancia materna como de honrarla de forma exclusiva, por los primeros 6 meses de edad del niño/a. Suplementar con otra leche disminuye las posibilidades de éxito con la lactancia materna como los beneficios de ella

 

  • La alimentación del infante no es regular[4] ni con la exclusividad de la lactancia materna o de la leche artificial. Poner horarios puede llevar a la obesidad o a la desnutrición. Solo el niño conoce cuánto necesita comer

 

  • Una vez establecida la lactancia materna, en el recién nacido o bebé, el chupete o pacificador tiene indicaciones médicas:
  1. Cuando se produce separación del niño de la madre
  2. Niño muy enfermo (dificultad respiratoria) para ser alimentado
  3. Prematuridad que requiere entrenamiento durante la alimentación por tubo orogástrico
  4. Para procedimientos dolorosos, como la circuncisión, por ejemplo
  5. En las situaciones producidas por el uso de drogas durante el embarazo, cuando al nacimiento el bebé presenta un síndrome de abstinencia, que puede ser fatal si no es reconocido con tiempo y tratado apropiadamente
  6. No antes de las 4 semanas de vida, como forma de prevenir el síndrome de muerte súbita de cuna[5]

 

  • El chupete o pacificado no nutritivo, ese que usamos no para alimentar sino para estimular, acelera la maduración de la succión y la maduración neurológica del prematuro

 

  • El paladar ojival es una condición genética y no la produce el uso de mamaderas con chupo o los pacificadores. En esto nunca voy a estar en acuerdo con los odontólogos. Un pulgar metido en la boca todo el día y a presión, si puede modificar la leve concavidad natural del paladar

 

  • El chupete NO PRODUCE otitis media. El paciente más predispuesto a infectar su oído medio (entre la membrana impermeable del tímpano y la región nasofaríngea, arriba de la garganta que Ud. no puede visualizar cuando abre la boca) las sufre con mayor frecuencia cuando se establece la cómoda pero no recomendada práctica de alimentar al bebé o al infante mayor, dormido o por dormirse, acostado con una mamadera de leche, de agua o de jugo. No es el chupete, es la posición para alimentarle con líquidos lo que favorece la infección del oído medio. De la cavidad bucal, el líquido que se succiona puede pasar más tiempo en la orofaringe y en la nasofaringe, donde está localizada la abertura de la trompa de Eustaquio, ese tubo natural que comunica el oído medio con la nasofaringe

 

  • La alimentación de todos los bebés mediante la lactancia materna exclusiva, por los primeros 6 meses de vida, debe ser promovida respetando la individualidad de las personas y familias, ofreciendo objetivamente sus ventajas y, reconociendo que la variedad humana con respecto a la lactancia materna no es solo el producto de la ignorancia sino algo cultural y tradicional[6] que requiere sensibilidad para su entendimiento y manejo. Una recomendación no es una obligación

 

  • Y, en otro momento lo discutiré, debemos reconocer que existen circunstancias que poseen contraindicaciones potenciales para la lactancia materna, como son infecciones maternas o de los bebés y condiciones especiales, como algunas enfermedades de origen metabólico y genético

 

Finalmente, la educación a los jóvenes sobre los beneficios de la lactancia materna para el niño, para la madre, para la comunidad y la sociedad es elemento esencial de la educación integral de la sexualidad y la reproducción humanas que le debemos a nuestra juventud.

 

[1] McDonald SD, Pullenayegum E, Chapman B, et al: Prevalence and predictors of exclusive breastfeeding at hospital discharge. Obstet Gynecol 2012;119:1171-9

[2] Feldman-Winter L: Evidence-based Interventions to Support Breastfeeding. Pediat Cl NA 2013;60:169-187

[3] Lepe M, Bacardi Gascon M, Castañeda-González LM, et al: Effect of maternal obesity on lactation: systematic review. Nutr Hosp 2011;95:296-303

[4] Holmes AV: Establishing Successful Breastfeeding in the Newborn Period. Pediatr Clin N Am 2013. 60:147-168

[5] AAP:Pediatics 2005;116(5):1245-55

[6] Taveras EM, Li R, Grummer-Strawn L, et al: Mothers’ and clinicians’ perspectives on breastfeeding counseling during routine preventive visits. Pediatrics 2004.:113:e283-90

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