- Abr 20, 2015
- Pedro Vargas
- Alergias, Bebes, Padres
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No importa cuán cuidadosa Ud. sea, su bebé adquirirá una inflamación en el área cubierta por el pañal en algún momento de sus primeros meses o años de vida. Usar esta condición como argumento en favor de negligencia materna o familiar, aparte de inapropiado es un equívoco muy delicado.
La piel del bebé es muy sensible y es muy delicada. No tiene el desarrollo necesario para hacerse resistente a la fricción o al contacto con sustancias irritantes u organismos infecciosos, e incluso, a alergia o reactividad al material de los pañales. En nuestro clima y condiciones ambientales, la pañalitis tiene varios cómplices y por ello hay que estar más alertas, que en otras latitudes.
Síntomas y signos: el área cubierta por el pañal se irrita y toma una coloración rosada, primero, y rojo encendido después. Con su persistencia, incluso aparecen ulceraciones de la piel que le abren el camino a las infecciones por hongos, que habitan normalmente el tracto digestivo bajo, o por bacterias que pueden constituirse en resistencia al manejo inicial y usual.
Factores contribuyentes a la pañalitis:
- la humedad excesiva es uno de los elementos contribuyentes a la aparición de la pañalitis. Es importante secar bien al niño después de su limpieza y no apretar los pañales para que existan espacios de ventilación. A muchas madres, el mantener bien «cerrado» el pañal le asegura que el niño no se embarrará todo, desde el o ella mismos hasta las sábanas de la cuna. Sin embargo, el riesgo de una pañalitis severa se multiplica.
- el cambio demorado o escaso de los pañales húmedos, ya sea por no darse cuenta de que ya están mojados o sucios; o porque se empapan en la noche, cuando todos duermen. Como todos los niños suelen orinar con una frecuencia alta y casi predecible, los cambios de pañal son bastantes predecibles también, entre 5-6 veces: Lo cierto es que a medida que el niño crece, particularmente entre los 9-12 meses de edad, el riesgo es mayor. Quizás porque nos tomamos más chances, o porque confiamos en los pañales para niños más grandes que «absorben» más agua. Por el otro lado, las diarreas con los cambios de alimentos, con las infecciones y con el uso de antibióticos que modifican la flora intestinal también contribuyen a más pañalitis agudas. En niños mayores, la «independencia» del niño no nos permite estar encima de este asunto de vigilancia y esto favorece inflamaciones significativas.
Consejos fáciles de cómo manejar este asunto:
- deje más tiempo sin pañales puestos, inmediatamente el niño/a haya defecado. La aereación o ventilación son importantes
- lave sin jabón, con abundante agua tibia y sus manos. evite usar toallas o algodón para lavar
- seque bien el área sin friccionar sino haciendo presión cuidadosa con la toalla absorbente
- cambie a pañales de algodón mientras se mejora la situación
- inicie «baños de asiento» con agua y domeboro (por cada litro de agua agregue un sobre de domeboro) y hágalo unas 4-6 veces al día x 2-3 días. Si no tiene domeboro use 1 oz (30ml) de leche de magnesia por cada litro de agua
- aplique vaselina, pasta al agua o leche de magnesia después de estos baños
- no aplique ninguna crema o ungüento medicado hasta que la inflamación haya mejorado
- terminado el período de baños de asiento, puede iniciar una crema medicada contra hongos, con el examen y consejo de su médico
- cambie a un detergente para bebés para el lavado de los pañales de algodón
Cuándo visitar a su pediatra:
- la piel roja muestra una erupción papular («simples») y/o escoriaciones
- la piel escoriada muestra estrías o manchas blancas
- los pliegues de los muslos y la región inguinal están rojos
- no mejora con la crema contra los hongos
- el glande o prepucio del pene de su bebé está muy irritado y/o le molesta para orinar porque necesitaría una crema con antibióticos
- si se complica con diarrea