- Nov 10, 2017
- Pedro Vargas
- Alimentación, Bebes, Lactancia materna, Leche Materna, Leches, Nutrición, Salud Pública
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Los primeros días y las primeras semanas del nacimiento de un bebé –ni siquiera el primero pero más intenso, con el primero- la madre tiene una producción torrencial de preguntas por varias buenas razones:
- Desconoce los caminos que nunca ha transitado o se le olvidaron las huellas porque los pajaritos se comieron los granos de arroz que fue dejando para retomar el camino
- Le aparecen nuevos familiares y nuevas amistades, todas con títulos de médicos y diplomas por desempacar
- Tiene acceso a “la caja de pandora” de los medios o redes sociales
Esto aumenta los costos porque incrementa las dudas en lugar de aclararlas o resolverlas. Veamos algunos aspectos que pueden ayudar a las mamás y a sus niños, de parte de los expertos y que yo comparto.
Siempre lo digo en alto para que me oigan todos los que están en el cuarto del hospital o en el consultorio con la mamá y el nuevo bebé:
- es cierto que cuánto más temprano se inicie la lactancia materna, mejor son los resultados. Esto lo venimos diciendo desde hace ya 40 años y nos referíamos –eso lo sé yo– a no comenzar la lactancia 2 y 3 días después por estar probando la succión y la tolerancia a los líquidos con agua estéril o dextrosas, por horas y horas. Lo que no es cierto es que hay que poner al bebé al pecho, incluso antes de examinarlo al nacer y pero todavía, cuando todavía está pegado a la placenta por el cordón umbilical. Estas exageraciones y pasiones son las que dañan la lactancia materna.
- la recomendación científica es alimentar exclusivamente con leche materna hasta los 6 meses de edad y entonces iniciar los alimentos sólidos mientras se puede continuar con lactancia de leche materna durante todo el 1er. año de edad
- a los recién nacidos ni a los bebés, más tarde, se les pone horario para comer. El único que conoce cuánto necesita o cuánto quiere comer en este momento es el bebé. No es cierto que se les “va a bajar el azúcar”, “se va a deshidratar”. Esto solo es un riesgo en niños muy prematuros, en niños muy pequeños para su edad gestacional y en niños enfermos. Estas no son las situaciones en la gran mayoría de los bebés que nacen sanos, a tiempo, y se alimentan del pecho materno.
- cada niño es diferente y tiene necesidades diferentes y, no solo esto, sino que no tiene por qué comer siempre y cada vez la misma cantidad de leche o alimento, más tarde cuando se inicia en los alimentos sólidos. Es necesario que acabemos con la dictadura y la imposición basada en miedos y sin sustento científico
- como promedio un niño a término demanda alimento cada 2-3 horas y totaliza unas 8-12 alimentaciones en 24 horas mientras no tenga una nana aconductándolo por comodidad y tradición; mientras que los niños que toman fórmula espacian más las alimentaciones, cada 3-4 horas, porque el vaciamiento gástrico con leche artificial es más lento debido a la formación de “coágulos” de leche o “curds” entre la proteína de la leche animal y el jugo gástrico ácido del niño, lo que no ocurre con la proteína de la leche materna o muy poco. Esto provee unos 140-200 ml de leche por cada kilogramo de peso del niño cada día y 90-135 kilocalorías por kilogramo de peso diariamente con lo que debe crecer bien durante los primeros 3 meses de vida y ganar entre 25-30 gramos cada día
- después delos 8 meses y hasta el 1er año de vida, los niños cogen el pecho 3-4 veces al día y se toman entre 7-8 oz por botella de leche artificial, lo que asegura un buen crecimiento
- si quiere seguir “alimentando” del pecho materno después de los 12 meses de edad, lo puede hacer, otra vez, cada vez que el bebé o Ud. quieran hacerlo. Solamente recordar que a esta edad la alimentación del bebé no debe ser exclusivamente de leche, ni solo materna ni solo artificial. El niño ya debe comer alimentos sólidos desde los 6 meses de edad. Si se le da fórmula después del año, no debe tomar más de 16-24 oz cada día
- mucho más importante en el seguimiento y vigilancia de la alimentación es conocer el volumen total de ingesta, cuando se puede medir, en 24 horas de cada día, que por cada mamada o alimentación; la producción de orina, ya sea por el conteo diario del número de pañales de algodón (es mucho más preciso y engorroso) o de “pampers”. Cada día se cambia un promedio de 6-8 pañales de algodón en las primeras semanas de vida cuando el niño está bien hidratado
- no pese en su casa al bebé para conocer si está “comiendo suficiente”. Esto solo sirve para vivir sumergido en una angustia permanente, que algunos extrañan pero que es insalubre.
- NO se ordeñe para saber “cuánta leche está tomando” el bebé. Ninguna ordeñadora vacía los pechos totalmente, conocer el volumen total de las glándulas mamarias no va paralelo con la cantidad que el bebé succiona, y, el bebé vacía y succiona mejor el pecho materno que cualquier otro mecanismo humano o inhumano
- la leche materna congelada puede mantenerse por muchos meses en un congelador que no se está abriendo y cerrando a cada rato o que no se descongela con cada cambio de la corriente eléctrica, sin que se produzca ningún cambio significativo en su composición. Sin embargo, no se trata de tener un depósito de leche humana en la casa
- antes de optar por una leche humana de un Banco de Leche Humana, entérese de cómo se procesa todo para descubrir que puede usarla sin riesgos para su bebé
- lo más importante es alimentar al bebé al criterio y necesidad del bebé no de la madre o de quien lo cuida, y evitar subalimentación o sobrealimentación, pobre crecimiento o vomitadera, que luego se descalifica como “reflujo”
- no se conoce a ciencia cierta si la lactancia materna exclusiva tiene un efecto superior sobre el desarrollo de problemas alérgicos, como la rinitis alérgica, la alergia a los alimentos, el asma bronquial o el eczema