- Abr 7, 2015
- Pedro Vargas
- Bebes, Maternidad, Padres
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Como decíamos en otra discusión, el ritmo circadiano del bebé viene construido desde su vida intrauterina y cónsono con el ritmo circadiano de su madre. En el útero materno la conexión entre madre e hijo le da forma a esos patrones de sueño y vigilia, que la madre reconoce con los movimientos del niño que lleva dentro. Al nacer, el niño irá cambiando sus horas en base a sus necesidades nuevas y al nuevo ambiente donde crece. La mayoría de los niños establecen sus horas de sueño, cuánto sueño, qué clase de sueño por razón del grado de madurez neurológica y, naturalmente, su equipaje genético. No hay que forzarlo a hacer los cambios. Es un error de comodidad que solo trae incomodidad.
Así como uno ajusta el reloj cuando cambian las temporadas o cuando se atrasa o se adelanta, o cuando termina el mes de febrero y aquellos meses de 30 días, así el reloj biológico del niño se ajusta pero no se obliga. ¿Cómo hacerlo? Con paciencia y sensatez. El niño hace sus propios ajustes y para algunos, será cuestión de semanas o pocos meses, para otros puede ser un asunto de muchos meses y hasta años.
El niño aprende sin necesidad de condicionarlo a pasar trabajo. Después de los primeros semanas de alimentarle a demanda, él o ella establecen su horario de comidas. Después de obtener no solo volumen apropiado sino calidad de energía o calorías, él o ella ajustan el tiempo entre las mamadas al pecho o las mamaderas. Quizás después de los primeros 3-4 meses, si hay un crecimiento armónico probado en sus visitas al pediatra, ya pueda Ud. sugerirle horarios de comida. Los cambios no pueden ser bruscos. Igual lo irá educando al decidir Ud. las horas del baño o de la siesta. No es cierto que entre más duerma el niño, más difícil será el sueño nocturno. Eso es falso. No olvide que todo depende realmente de su grado de madurez o desarrollo neurológico. No es realista esperar que antes de los 6 meses de edad, su hijo duerma toda la noche. Si eso ocurre, vigile qué hace la persona a quien Ud. le ha confiado el cuido del bebé. Tampoco espere que los cambios ocurran en el primer o segundo día de haberlo tratado. Eso es no ser realista. Paciencia y prudencia.