- Mar 5, 2019
- Pedro Vargas
- Alimentación, Ansiedad, Antivaxer, Autismo, Comida de calle, Cultura médica, Depresión, Flu, Inmunizaciones, Noticias, Nutrición, Obesidad, Salud Mental, Salud Pública, Suicidio, Vacunación, Vacunación, Vacunas
- 0 Comments
El CDC de los EEUU informa hoy que en la semana que terminó el 23 de febrero hubo 15 muertes adicionalesde niños por causa del flú de la temporada. Además, el 5% de las visitas pediátricas ambulatorias fueron por quejas asociadas a la enfermedad producida por el virus del flú[1].
A pesar de que soy un vacunador convencido, todavía tengo madres que no creen en la vacuna, no creen en la seriedad de la enfermedad y, no creen que niños mueren por flú.
Aquellos niños y adolescentes que ven videos en YouTube con promociones de alimentos chatarras, ingieren 32% más calorías o 90 calorías extras cada día, de alimento chatarra cuando se compara con aquellos que vieron fotos o videos de “influencers” donde no se anuncian alimentos1.
Las redes posesionadas de la voluntad popular. Cada vez que me he opuesto a que el alimento chatarra se promueva fuera de los lugares que los venden, me cae un chaparrón de kétchup. La salud pública según esos “influencers” se debe rendir al libertinaje de los negocios.
Entre individuos con padres que sufren trastornos de ánimo (“mood disorders”), la observación por trastornos psiquiátricos o síntomas de depresión, desesperanza, irritabilidad, impulsividad, agresividad y agresión impulsiva permite detectar tendencias suicidas hasta en un 87% de los casos con cambios severos y agravamiento de la depresión.
Solemos decir que quitarse la vida se puede evitar aunque no se puede predecir. Esto es de tanto desánimo, como el estado de ánimo de las personas que no se sienten bien. Para evitar que lo planeado se consuma, lo más importante sigue siendo estar cerca y escuchar, no dar sermones ni juzgar, acompañar y no guardar el secreto.
Ahora Annals of Internal Medicine[2]presenta los resultados de un estudio nacional en Dinamarca con 657,461 participantes, niños nacidos entre 1999 y el 31 de diciembre de 2013, seguidos clínicamente desde la edad de 1 año hasta el 31 de agosto del 2013. Entre ellos y durante 5,025,754 personas años, 6,517 niños fueron diagnosticados con autismo, una incidencia de 129.7 por 100,000 personas-años. Las conclusiones fueron que la vacunación con MMR no aumenta el riesgo de autismo, no precipita autismo en niños susceptibles, y no está asociado con acumulación de casos de autismo después de la vacunación.
La asociación entre la vacuna contra el sarampión, la rubeola y la papera con el autismo es el producto de un fraude científico, que ha sido muchas veces denunciado y recordado. A pesar de ello, grupos con intereses desconocidos han creado un ambiente anti-vacunas que perjudica a cientos de miles de niños y familias preocupada
[1]Pediatrics Today SmartBrief. March 4. 2016
[2]Hviid A, Hansen JV, Frisch M & Melbye M: Measles, Mumps, Rubella Vaccination and Autism: A Nationwide Cohort Study. Ann Intern Med. 2019.DOI: 10.7326/M18-2101