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Unknown-5Si algo destroza la tranquilidad de los padres es la fiebre de sus hijos.  La fiebre es como el bosque, «no deja ver los árboles».

Partamos de que nos referimos a la fiebre de todos los días, la fiebre cotidiana, la fiebre que nos llena los consultorios pediátricos, la fiebre que afiebra a los padres.  No vamos a hablar de otras fiebres: la «fiebre maligna», la fiebre del cáncer, la «fiebre del oro».

images-2Fiebre es toda temperatura de 38ºC (100.4ºF) o más.  Y, fiebre que merece ser tratada con fármacos o antipiréticos es aquella por arriba de 38.5ºC (101.2ºF).  ¿Por qué hacemos esta diferencia?  Por 2 razones: (1) poblaciones de niños de la misma edad, con los mismos síntomas catarrales y fiebre, que recibieron antitérmicos con temperaturas aún por debajo de 38.5ºC, demoraron más en mejorarse que aquellos niños que recibieron los mismos antipiréticos solamente con temperaturas por arriba de 38.5ºC; y, (2) los antipiréticos son tóxicos y su uso exagerado o frecuente puede llevar a alteraciones de la función hepática, por ejemplo, o gastritis medicamentosa.

Toda regla tiene su excepción y, niños muy irritables con temperaturas por debajo de 38.5ºC pueden recibir un antipirético, como el acetaminofeno o el paracetamol, para mejorar los malestares de la fiebre, porque, todos los antipiréticos son también analgésicos.

Toda fiebre en infantes puede ser tratada concomitantemente o solamente con medios físicos: bañarlos con agua de la pluma, darles agua u otros líquidos fríos a tomar, liberarlos de exceso de ropas.  El agua no hace daño ni produce neumonías.  Aquellas fiebres para las cuales no se hace merecimiento de fármacos, se tratan solamente con medios físicos.

¿Qué no se debe hacer para la fiebre?  (1) dar antibióticos porque «tiene fiebre»; (2) bajarla baños de agua con hielo en la tina; (3) bajarla con frotamientos de alcohol; (4) usar simultáneamente 2 o 3 medicamentos que son antipiréticos (contra la fiebre).

¿Qué hacer cuando hay fiebre? Lo primero es tomar la temperatura.  Una cosa es la fiebre «táctil» («se le siente caliente», «tiene calentura») y otra cosa es tener fiebre que se confirma tomando la temperatura.  La temperatura puede tomar en la piel, en el canal auditivo, en la boca o en el ano.  Los termómetros de mercurio se han desechado para evitar mayor contaminación ambiental con mercurio, que ocurre cuando estos termómetros se rompen.  Los termómetros timpánicos pueden no ser precisos si la técnica es impropia.  El lóbulo de la oreja debe jalarse hacia abajo y la punta del termómetro ótico debe introducirse en el canal auditivo y dirigirse hacia la punta de la nariz, de esta forma la temperatura es timpánica, que es la de más precisión.  De otra forma, se está midiendo la temperatura de las paredes del canal auditivo y ella no es confiable. Estos termómetros son timpánicos, no óticos.  Hay termómetros que se aplican sobre la piel como una tira plástica; y otros que «recorren» la piel de la frente con un rayo de luz, como una lámpara de luz láser.  Son no invasivos, rápidos y bastante seguros.

images-1 Probada la fiebre entonces utilice medios físicos para controlarla ya sea con paños húmedos en la frente, la nuca, las axilas o las regiones inguinales; o con baños de agua corriente o ligeramente tibia.  Si el niño presenta escalofríos, suspenda el baño, séquelo bien y abríguelo hasta que los escalofríos desaparezcan.  Luego lo puede vestir livianamente y seguir con medios de vigilancia.  Y, puede recurrir a los medicamentos para la fiebre si todavía la temperatura es alta.  Estos medicamentos se dan por vía oral o por vía rectal, si el niño los vomita.  No es más eficiente un supositorio para la fiebre que un jarabe.  La absorción del medicamento del supositorio es muy errática y mientras en este niño u ocasión se absorbió prácticamente el 100% del medicamento, en este otro niño u ocasión, solo se absorbió un 30% del mismo.  Le recomiendo los supositorios solo para aquellas situaciones acompañadas con vómitos.

La fiebre no es una enfermedad.  La fiebre es un síntoma más de algún proceso inflamatorio, infeccioso o no infeccioso.  Y, en los niños generalmente es por una infección de origen viral.  El médico puede aclarar esto pero «gargantas rojas» no indican infección bacteriana en los niños y, mucho menos, la necesidad de utilizar antibióticos.

Cuando una infección viral se inicia con fiebre, la fiebre es el único síntoma y eso produce ansiedad en los padres porque no se imaginan qué puede estar pasando, no tienen una pista de por dónde viene la fiebre.  El otro elemento que produce mucha ansiedad es que la fiebre «no se controla».  A pesar de estar dando antipiréticos la fiebre sigue siendo alta, o va en ascenso, o, si baja es para subir rápidamente otra vez. Este es el comportamiento de la fiebre de origen viral en las primeras 36-48 horas de fiebre.  En los siguientes horas o días, se espacia más entre pico y pico, y los picos no son tan altos. El otro comportamiento que alivia porque es más propio de una etiología de la fiebre no seria es que entre los picos de fiebre el ninõ actúa bien, contento, juega y hasta pide algo de comer, a pesar de que está muy decaído y «tumbado» cuando la fiebre está en su punto más alto.  Con enfermedades bacterianas serias, el estado general del niño sigue siendo malo, aún no teniendo fiebre.

Y la gran preocupación con fiebres altas que no responden a los medicamentos es la posibilidad de que el niño tenga una meningitis.  Hay señales o signos que alertan por esta posibilidad.  La fontanera anterior o mollera está abombada, el niño se le nota «reseco» o deshidratado, está somnoliento y poco activo, irritable y «muy enfermo».  Es importante no confundirse con deshidratación, que sugiere esta enfermedad.images-3La meningitis es una enfermedad muy seria, mortal o que deja secuelas, particularmente si la producen bacterias.  Las bacterias que en los niños lideran las causas de meningitis son el Haemophyllus influenzae, el Diplococcus pneumoniae y la Neisseria meningitides.  Para estas 3 bacterias hay vacunas disponibles.  Es por eso que entre las poblaciones de niños que reciben con tiempo todas las vacunas y las completan, estos riesgos son muy remotos y por eso mismo, si presentan meningitis, suele ser por causa viral que, afortunadamente, no son de alta fatalidad y suelen no dejar secuelas o secuelas tan serias como lo hacen las bacterianas.

Hay un grupo de niños en quienes la fiebre se considera la razón para hospitalización.  En todo niño menor de 28 días de edad, fiebre es indicación para evaluarlo dentro de un hospital, porque el riesgo de que sea secundaria a una infección bacteriana seria, como meningitis, tiene que ser descartado.  Algunas situaciones que se descubren con el interrogatorio y el examen físico pueden sugerir que la fiebre no reviste una condición grave o seria.  Consulte a su pediatra inmediatamente y él decidirá la conducta a tomar, bajo su responsabilidad.

Retomemos el camino.  La fiebre no es una enfermedad.  La fiebre es una señal y es, además, un mecanismo para combatir la infección que la induce.  No le tenga miedo a la fiebre pero trátela para hacer algo menos incómodo el momento para su bebé.