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El riesgo para los niños de adquirir la infección por el SARS-CoV-2 es significativo en la medida que la transmisión comunitaria no esté controlada y, el riesgo de potenciar problemas por manejo inapropiado del paciente infectado o enfermo, no necesita ser enfatizado.  Mucho menos frente a la equivocada tendencia de tratar a niños “como pequeños adultos” y, extrapolar tratamientos para COVID-19 no probados -divulgados y promocionados amplia y libremente, incluso por nuestras autoridades médicas.

 

Tengo que volver a señalar, en base a lo que conocemos hasta ahora, una serie de premisas:

 

  • los niños parecen ser menos susceptibles a enfermar con la infección por SARS-CoV-2, pero enferman
  • los niños que enferman suelen sufrir formas leves, pero pueden tener seria enfermedad
  • los niños con COVID-19 se manejan de forma diferente a la forma como se manejan los adultos

 

 

Una revisión de la experiencia de 17 departamentos de urgencias pediátricas italianos[1] revela importante información:

 

  • la presentación muy variable de COVID-19 en los niños es un reto diagnóstico que requiere sospecha clínica y prudencia
  • en este grupo de 170 niños, síntomas notables fueron infrecuentes
  • en el grupo pediátrico, la presentación clínica de COVID-19 puede ser, aunque rara vez, seria y que pone a riesgo de muerte al niño
  • la historia clínica, en lugar de estudios radiográficos, pueden ser más valiosos para predecir las necesidades de recursos de los niños
  • los pacientes pediátricos en su mayoría, no requieren de una batería de exámenes hematológicos, químicos, serológicos o de pruebas de coagulación
  • la presentación clínica en los niños del Síndrome Inflamatorio Multisistémico (SIM-P) suele ser tardía y, aunque rara, debe ser reconocida prontamente por la seriedad que reviste
  • el grupo italiano revela cifras más altas de COVID-19 en niños menores de 1 año, comparados con los informados por los estudios en China[2],[3],[4] por la población más amplia de estos estudios con pacientes ≥ 10 años
  • el estudio italiano revela que > 50% de los casos en niños se dieron fuera de la burbuja familiar, quizás porque el confinamiento ocurrió tardíamente en Italia
  • los niños del estudio italiano se clasificaron mayoritariamente como asintomáticos o con enfermedad leve a moderada
  • se llama la atención que el hecho de que la enfermedad sea leve no debe desviar la atención de que los niños representan una fuente importante de transmisión viral y amplificación
  • estudios de los pulmones por tomografía computarizada fueron muy pocos y ello no agravó el resultado del manejo
  • los estudios radiográficos se dejaron a la discreción del clínico, como usualmente ocurre en Italia, lo que contrasta con los estudios en China, donde los estudios de imágenes del tórax y pulmones se hicieron frecuentemente y quizás contribuyeron solamente a una mayor clasificación, en la experiencia china, de “casos moderados”
  • para el grupo de investigadores italianos, el uso rutinario de tomografía torácica en los chinos con COVID-19 aumenta los riesgos de radiación, la utilización de recursos escasos y el riesgo de contagio de otros trabajadores de la salud, sin lograrse un beneficio del niño
  • con una población grande de asintomáticos o casos leves, el uso de radiografías y tomografías no califican como buena práctica médica
  • el uso de la ultrasonografía pulmonar al lado de la cama (POCUS: Point of Care Ultrasound) es una mejor alternativa, pero esto requiere de expertos en ultrasonografía en los cuartos de urgencia

 

 

Mundeep K. Kainth y sus colaboradores[5], por su lado publican su experiencia con datos demográficos, clínicos, curso hospitalario y severidad de la infección por el SARS-CoV-2 en niños hospitalizados y con énfasis en niños saludables y niños con enfermedad de su sistema inmune y/o crónicamente enfermos.  Es un estudio retrospectivo de un solo hospital y pacientes menores de 22 años de edad. La edad promedio de esta población fue de 10.3 años, con 48% de ellos mayores de 12 años de edad y 29% menores de 60 días de nacimiento.  Fiebre la presentó un 86% de estos pacientes pediátricos, síntomas del tracto respiratorio bajo un 60% y síntomas gastrointestinales, un 62%.  En otras palabras, en esta experiencia con COVID-19 en pacientes pediátricos, la mayor parte de ellos tenían o menos de 60 días o más de 12 años de edad; y la evolución hospitalaria no fue peor en aquellos con enfermedad del sistema inmune.

 

Entonces, aparece la pregunta necesaria y la respuesta contundente.  ¿Los pacientes en edad pediátrica necesitan o tienen tratamiento específico para el COVID-19?  La respuesta contundente es ¡NO! El manejo de todo paciente ambulatorio y hospitalizado con COVID-19, hasta ahora, es sintomático, como lo dicta la presentación clínica de su enfermedad.  ¿Los pacientes en edad pediátrica necesitan o tienen que hacerse exámenes de la sangre o radiografías por el solo hecho de que están positivos para la infección por el virus SARS-CoV-2?  La respuesta contundente es ¡NO!  

 

La decisión clínica del pediatra responde a su criterio y a los beneficios que le darán, para el manejo del niño, cualquier evaluación de laboratorios, además de la historia clínica y del examen físico y neurológico del enfermo.  COVID-19 en los niños se trata por pediatra, como otra enfermedad viral, por sus síntomas y molestias, bajo la observación estricta de su evolución, con agudo sentido de sospecha por complicaciones o presentaciones no usuales y sin solicitar estudios costosos o “rutinarios”, para hacer creer que se es cuidadoso y profesional.

 

En los niños es frecuente dar “tratamientos” con medicamentos no probados en ellos y con dosis “pequeñas”, arbitrarias e imprudentes.  Para ser claros: la hidroxicloroquina[6],[7], la ivermectina[8],[9], el dióxido de cloro y el zithromax profiláctico no tienen ningún lugar en el manejo ambulatorio del niño con COVID-19 o con una prueba de hisopado nasofaríngeo por RT-PCR-SARS-CoV-2 positiva.  Tampoco está indicado darles interferón o remdesivir[10].  27/12/2020

 

 

[1] Parri N, Lenge M, Cantoni B et al: COVID-19 in 17 Italian Pediatric Emergency Departments. Pediatrics 146(6): e20201235, December 2020

[2] Dong Y, Mo X, u Y et al: Epidemiology of COVID-19 among children in China. Pediatrics. 2020; 145(6): e20200702

[3] Lu X, Zhang L, Du H, et al Chinese Pediatric Novel Coronavirus Study Team. SARS-CoV-2 infection in children. NEJM 2020;382(17):1663-1665

[4] Qiu H, Wu J, Hong L, et al: Clinical and epidemiological features of 36 children with coronavirus disease 2019 (COVID-19) in Zhejiang, China: an observational cohort study. Lancet Infect Dis 2020; 20(6): 689-696

[5] Kainth MK, Goenka PK, Williamson KA et al: Early Experience of COVID-19 in a US Children’s Hospital

[6] Self WH, Semler MW, Leither LM, et al: JAMA 2020 Nov 9: e2022240. Doi: 10.1001/jama.2020.22240.

[7] NIH Research Matter: Hydroxychloroquine doesn’t benefit hospitalized COVID-19 patients. Nov 24, 2020

[8] Chaccour C, Hammann F, Ramón-García S & Rabinovich R: Ivermectin and COVID-19: Keeping Rigor in Times of Urgency (Editorial). Am J Trop Med Hyg. 2020. 102(6):1156-1157

[9] Caly L, Druce J, Catton M et al:The FDA-approved Drug Ivermectin inhibits the replication of SARS-CoV-2 in vitro. Antiviral Res 2020. 178, June 2020, 104787

[10] WHO Solidarity Trial Consortium: Repurposed Antiviral Drugs for Covid-19 – Interim WHO Solidarity Trial Results. NEJM December 2, 2020. DOI: 10.1056/NEJMoa2023184

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