A mí, nadie me ha pedido consejos.  Sin embargo, hay personas que aprecio y amigos, en el nuevo gobierno de mi amigo de muchos años, Nito Cortizo, que me inclinan a hacer algunas acotaciones.

Mi oposición a su partido se convirtió en oposición a su candidatura, porque creo que son las plataformas ideológicas y la trayectoria de sus líderes –y no la de uno solo- las que se reflejan luego en las acciones de gobierno, con algunas excepciones que solo el tiempo revela.

El rol de gente nueva, jóvenes idealistas muchos de ellos, en el triunfo electoral fue importante, como lo fue esconder a figuras indeseables de ayer y de hoy.  Pero ya los jóvenes estarán sintiendo la palanca que destroza sus aspiraciones por un partido renovado y por un país moderno.  Y, lo repito una vez más con el deseo gigante de equivocarme, la “la luna de miel” con este gobierno será una luna de 4º menguante.

1. No conviertan la actividad administrativa en campaña electoral.Ese tiempo ya pasó
2. Fórrense la piel contra las quemaduras y la piquiña, de otra forma, el que tienen enfrente ganará cada batalla
3. No todo lo que se critica es válido y sean más escépticos a los elogios
4. Háganse de una secretaría de información que informe, porque hay que informar pero que no haga campaña proselitista
5. A los periodistas, abandonen la actitud de estar preguntando a los funcionarios y al presidente del país, donde sea que los busquen o encuentren, sobre cualquier asunto que no reviste importancia sino morbo, sobre asuntos que no les consta son decisiones tomadas, administrativas o gubernamentales
6. A los funcionarios, ministros incluidos, no estén a la defensiva y mucho menos a la ofensiva, se los van a comer si quieren averiguar qué hondo llega el colmillo. Conserven certeza y objetividad
7. No creen “call centers” para informar nada y, si todavía creen en ellos, no permitan que se publique nada que no hayan aprobado Uds., incluso el lenguaje utilizado
8. El gobierno tiene que ser abierto y transparente. Cuando la opacidad se descubre, se acabó la confianza.  Hay derecho a equivocarse, a lo que no hay derecho es a ser falso
9. Tengan la verticalidad de corregir cuando hay que corregir y la firmeza de sostenerse en la decisión que pone primero al bien común. Saquen de su vocabulario aquello de “políticamente correcto”, “costo político”, “todo por la Patria”
10. Conserven lo bueno que encuentren, corrijan lo que debe corregirse y no creen situaciones que imitan los defectos denunciados. Para esto último tendrán que dar explicaciones tan onerosas, que fracturarán su relación con los gobernados. 29/6/2019