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La consulta sobre si se debe vacunar contra paperas a los empleados de planta (48 en total) de una oficina donde 5 adultos ya han enfermado con paperas –un 10.41%- me lleva a hacer algunos señalamientos importantes.  La paperas dejó de ser una enfermedad infantil.

 

 

Mi respuesta fue sí. 

 

La vacunación contra la paperas ha reducido la incidencia hasta a 0.1 casos por cada 100,000 personas y los casos de paperas en niños son raros.  Los brotes de paperas que hemos estado viendo en adultos son otra cosa. Los riesgos son mayores para complicaciones como la orquitis y la ooforitis, asociadas con infertilidad, o para la meningitis aséptica[1].

 

Ya de años atrás se han venido observando brotes de paperas en poblaciones de adultos jóvenes y adolescentes previamente vacunados con 2 dosis de la vacuna MMR (sarampión, paperas y rubeola). Estos brotes han ocurrido en edades que sugieren un lapso de, por lo menos, unos 12 años desde la última de las dos dosis de MMR recibidas.  Antes de 1989, en los EEUU se daba la 2ª dosis de esta vacuna a los 10 años de edad.  A partir de 1989 se bajó la edad a los 5 años, cuando se reciben refuerzos de otras vacunas y, precisamente, para aprovechar esa visita y vacunar con MMR porque se hacía difícil que el púber de 10 años viniera solamente a vacunarse a esta edad.

 

Los brotes en el año 2006 y entre el 2009-2010 fueron entre individuos con 2 dosis de la vacuna MMR. En el año 2006, el brote fue el mayor experimentado en los EEUU en 20 años, con 6,584 casos reportados (2.2/100,000 personas) y la mayor incidencia fue entre personas de 18 a 24 años de edad (31.1/100,000 personas contra 8.4/100,000 personas de todos los otros grupos de edad).[2]  Ese ha sido el comportamiento en todas partes donde hoy tenemos paperas: individuos adultos, individuos que han recibido sus 2 dosis pediátricas de MMR , individuos preferentemente adolescentes y jóvenes adultos. Una vez se reconoce uno o dos casos, la reproducción de la enfermedad se hace significativa.  El segundo brote más grande de paperas en 20 años en los EEUU se dio en el 2009, después de que un muchacho de 11 años que había recibido 2 dosis de MMR regresara del Reino Unido[3], donde había un brote de paperas, desarrollara paperas en su comunidad en el estado de New York e infectara a otros 25 muchachos en un campamento y esto se regara en Orange County.  En 6 meses ya habían reportado 392 casos de paperas.

 

En mi práctica privada de la pediatría tengo pacientes vacunados la 2ª vez a los 10 años y a los 5 años de edad. Entre los adolescentes y adultos jóvenes que han sufrido las paperas, ninguno había recibido la 2ª. dosis a los 10 años y todos la recibieron a los 5 años de edad.  La controversia no se acaba con estos resultados.  Por ejemplo, no se conoce si esta protección continua cuando ya se han alcanzado los 20 años de edad, o 15-16 años después de la segunda dosis recibida a los 4-6 años de edad.

 

Si bien es cierto que entre poblaciones con 2 dosis de la vacuna MMR se hace más difícil encontrar opciones para el control de brotes de paperas, una tercera dosis de MMR sigue siendo una alternativa por probar pero al alcance y muy atractiva.  Hace 5 años, con población  de 2,178 estudiantes de 3 escuelas, de los grados 6 a 12  (el equivalente al primer ciclo de la secundaria en nuestro sistema), una 3ª dosis de MMR logró disminuir en 75.6% los ataques de paperas, de un 4.9% a un 0.13% y la disminución fue de 96.0% entre los estudiantes de 11-17 años de edad.[4]  Esta es una disminución significativa que implica menos costos y merece una consideración de salud pública.

 

La parotiditis puede ocurrir por infección con otros virus y no exclusivamente con el virus de la papera[5],[6].  La clínica es importante, y la más importante, para sospechar y  hacer el diagnóstico.   De las pruebas de laboratorio no hay ninguna que sea 100% específica ni sensible.  La prueba que mejor se acerca al diagnóstico es la RT-PCR (transcripción reversa de la reacción de polimerasa en cadena) y esta es costosa y no práctica ante brotes epidémicos[7].

 

Creo que la población merece que la Salud Pública considere no desaprobar una 3ª.dosis  de MMR cuando haya brotes de paperas en poblaciones vacunadas que conviven juntas gran parte del día o de la noche, como ocurre en aulas de clases, en escuelas, en clubes deportivos, en oficinas y en industrias.

 

En el caso que me llevó a escribir sobre esto hoy, el gerente de la compañía demostró más sentido común, sin ser médico ni funcionario de salud, que quien le contestó enfática e irreversiblemente:“a esa edad no se vacuna aquí  contra paperas”. Esa afirmación no es falsa pero es muy poco amable.   Si se le dedica un momento para explicar y no para reaccionar como protección por la ignorancias, la ciudadanía estaría más complacida.   26/04/2018

 

[1]Baum SG: reviewing Patel LN et al. Clin Infect Dis 2016 Deec 7

[2]Dayan GH, Quinlisk MP, Parker AA et al: Recent resurgence of mumps in the United States. NEJM 2008;358(15):1580-1589

[3]Barskey AE, Schulte C, Rosen JB et al: Mumps Outbreak among Orthodox Jewis Communities in the United States. NEJM

[4]Ogbuanu IU, Jutty PK, Hudson JM et al: Impact of a Third Dose of Measles-Mumps-Rubella Vaccine on a Mumps Outbreak. Pediatrics 2012;130(6):Dec

[5]Elbadawi LI, Talley P, Rolfes MA et al: Non-mumps Viral Parotitis During the 2014-2015 Influenza Season in the United States. Clinic Infect Dis 2018.ciy137, https://doi.org/10.1093/cid/ciy137

[6]Rolfe MA, Millman AJ, Talley P, et al:Influenza-Associated Parotitis During the 2014-2015 Influenza Season in the United States. Clinic Infec Dis 2018. Ciy 136,https:;//doi.org/10.1093/cid/ciy136

[7]Patel LN, Arciuolo RJ, Fu J et al: Mumps Outbreak Among a Highly Vaccinated University Community – New York City, January-April 2014. Clinic Infect Dis 2017.64*(:408-412

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