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Prevenar 13 (PCV13), la vacuna: 4 dosis y no 3

 

La neumonía neumocócica (producida por la bacteria Streptococcus pneumoniae) ha disminuido en las poblaciones infantiles con el uso correcto de la vacuna conjugada contra ese organismo. Igualmente se ha notado una franca disminución de las hospitalizaciones por neumonía en niños. Sin embargo, todavía se dan neumonías por neumococo, incluso en algunos vacunados.

La vacuna conjugada inicial contenía 7 (PCV7) serotipos o “clases” de neumococo y más tarde se logró la manufactura de una con 13 serotipos (PCV13), que se aplica hoy día. Esto se hizo en base al estado de los serotipos más frecuentemente aislados de las neumonías, vigilancia frecuente a sabiendas de que, eventualmente, las neumonías por ese organismo serían por serotipos no incluidos en ellas. Lo que no era común causa emerge con la vacunación eficaz y se va haciendo lo más frecuentemente encontrado en las neumonías subsecuentes. Sencillamente porque al mantener neutralizada la incidencia de los serotipos que se han incluido en la vacuna por su alta frecuencia en la etiología de la enfermedad, los serotipos menos frecuentes y no incluidos en las vacunas, por esa misma razón, se convierten en los causantes de las pocas neumonías por ese organismo, que se ven en los tiempo posteriores a la introducción de la vacuna .

 

 

La vacunación contra el neumococo consta de 4 dosis y se inicia desde los 2 meses de edad, porque la susceptibilidad a esta infección es alta en la primera infancia y porque en este grupo de edad, el neumococo también causa otitis media y meningitis. Se continua con una segunda dosis a los 4 meses de edad, una tercera dosis a los 6 meses de edad y una cuarta y última dosis a los 12 meses de edad. Entre una y otra dosis para las primeras 3 dosis, debiera transcurrir por lo menos 4 semanas y no más de 8 semanas, y entre la 3ª. y 4ª. dosis, por lo menos 6 meses. Este esquema ha demostrado certeza de cobertura y protección y está basado en los estudios sobre la prevalencia del agente infeccioso y las necesidades y comportamiento de la población.

 

El comportamiento del organismo bacteriano y la susceptibilidad, similares con nuestra población pediátrica hacen el esquema norteamericano utilizable sin alteraciones en nuestro medio. Pero más importante que esto es entender que no se está vacunado hasta que no se hayan completado las dosis recomendadas de las vacunas. De esta forma, no está vacunado contra la hepatitis B quien solo recibe una o dos dosis, cuando la recomendación es de 3 dosis; como tampoco aquel con solo 2 dosis de polio, cuando la recomendación es de 4-5 dosis antes de los 7 años de edad; y así con otras vacunas. Estos esquemas no son arbitrarios y no tienen por qué serlo. Pueden cambiar dependiendo de la dinámica de la infección que se quiere proteger, pero no por el solo deseo de ahorrar recursos, que luego se superan al costear los gastos de la enfermedad y la muerte. La enfermedad es siempre más costosa que las vacunas y la prevención.

 

En un principio, la necesidad de vacunar a la mayor parte de la población si no a toda en el menor tiempo posible, llevó a crear propuestas de vacunación para quienes recibiría la primera dosis, más allá de los primeros 6 meses de vida. Esto, naturalmente, se acompañó de un ajuste al número de dosis totales que dependía de la edad a la cual se aplicaba la primera dosis de la vacuna. Así, si la primera dosis se aplicaba a los 7 meses de edad, ese niño recibiría 3 dosis de la vacuna en lugar de las 4, ya señaladas. Si se comenzaba la serie al año de edad, entonces se le colocaban solamente 2 dosis y si se iniciaba a los 5 años, solo una dosis.

 

Olarte L, y sus colaboradores[1] han publicado sus resultados sobre la incidencia de hospitalizaciones pediátricas –menores de 18 años de edad- por neumonía neumocócica (NN) en 8 instituciones norteamericanas entre el 2006 y el 2014. El Streptococcus pneumoniae fue identificado en la sangre, en fluido pleural, en el absceso pulmonar o en el tejido pulmonar tomado por biopsia con cuadro clínico y radiográfico de neumonía. Se compararon para dos períodos de vacunación contra neumococo: (1) antes de la introducción de la vacuna 13-valente, años 2006-2009, y, (2) después de la introducción de la vacuna 13 valente, años 2011-2014.

 

  • Hubo 377 pacientes con NN
  • Rata de hospitalización por NN
    • Antes de introducir PCV13
      • 6 por 100,000 admisiones
    • Después de introducir PCV13
      • 3 por 100,000 admisiones
    • el 96.6% de los aislamientos de la bacteria se pudieron tipificar
    • 70% de las hospitalizaciones fueron por serotipos incluidos en la PCV13
    • la susceptibilidad a la penicilina del Streptococcus pneumoniae aumentó en el período posterior a la introducción de la PNV13:   de 8% a 97%

 

 

Aunque estos datos coinciden con otros estudios y se maneja la información de que muchas de estas NN en vacunados es con un serotipo resistente a la penicilina y que está en la PCV13, el serotipo 35B, el hecho de que solamente 9 de los niños previamente sanos en este estudio, que desarrollaron NN por algún serotipo de incluido en la PCV13 recibieron ≥3 dosis de la vacuna recalca que la vacunación incompleta con la PCV13 no protege contra la enfermedad neumocócica invasiva.

 

[1] Olarte L, Barson WJ, Barson RM, et al. Pneumococcal pneumonia requiring hospitalization in US children in the 13-valent pneumococcal conjugate vaccine era. Clin Infect Dis 2017;64(2):1699-1704; doi:10.1093/cid/cix115

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