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La epidemia, término que implica que en un momento dado se presentan más casos de una enfermedad que los esperados, no es de H1N1, sino de influenza. En la actual epidemia, la cepa predominante es la de influenza A y, particularmente, la H1N1. Por ello se ha dado la noticia con ese énfasis, que a la larga, resulta en cierta forma de desinformación alarmante, porque tanto los virus de influenza A como los de influenza B –que se incluyen en la vacuna- producen enfermedad seria. Este año, se han registrado más frecuentemente casos serios y mortalidad. Las razones no son del todo conocidas pero hay dos grandes: (1) no se vacunó con tiempo o se vacunó pobremente; (2) se ha producido una variación en el virus circulante, de tipo genético, o mutación. Esto se investiga. Pero el manejo hoy, no depende de ninguna de esas 2 razones. Para el futuro, lecciones.

 

Cada año se espera la circulación de distintas cepas del virus de la influenza, para la cual la vigilancia epidemiológica alerta a la industria y se confecciona la vacuna que pretende proteger algo más del 60% de la población que la reciba. Aún cursando la epidemia, todos deben vacunarse.

 

La vacuna se recomienda para todos aquellos que tienen más de 6 meses de edad. La vacuna es segura y su aplicación es crítica para los miembros de una familia con bebés que no pueden vacunarse y para todos aquellos que cuidan de esos bebés. Algunos niños entre los 6 meses y los 8 años de edad requieren dos dosis de la vacuna contra el flú, aplicadas 4 semanas una de la otra. ¿Cuáles son estos niños?   (1) aquellos que nunca han recibido la vacuna contra el flú; y, (2) aquellos que solo han recibido 2 dosis en el pasado y no más de 2 dosis. Todos los demás reciben una sola dosis anual de la vacuna que corresponde. Si se recibe la vacuna todos los años, desde los 6 meses de edad, la mayoría de los niños mayores de 3 años de edad, recibirían una sola dosis anual de la vacuna.

 

Toda mujer embarazada debe vacunarse. Esta es una prioridad de salud pública. Sus niños, menores de 6 meses de edad, tienen un 70% menos riesgo de adquirir el flú, y la hospitalización de ese grupo de niños por flú disminuye hasta en un 80%. Cuando la embarazada sufre la enfermedad sin estar vacunada los riesgos de muerte son importantes tanto para ella como para el bebé y debe recibir tratamiento antiviral (Oseltamivir™, Zanamivir™) o profilaxis, hasta 2 semanas después del parto. La lactancia materna mientras se toma Oseltamivir™ no está contraindicada pero ella debe lavarse las manos frecuente y cuidadosamente. Aquellas mujeres que al momento del parto tienen un cuadro clínico que sugiere flú deben evitar contacto con su bebé hasta que hayan recibido por lo menos 48 horas de tratamiento antiviral, no tengan fiebre y la tos y las secreciones se hayan controlado. Estas medidas no evitan el contagio del bebé pero disminuyen ese riesgo. Leche materna ordeñada la puede dar otra persona y las medidas de protección deben magnificarse: usar máscara facial, cambiarse la ropa y lavado estricto de las manos.

 

La vacunación no se cumple a cabalidad por distintas razones sin validez científica:

 

  • La creencia de que no se es susceptible a una enfermedad seria
  • La creencia de que son muy saludables, con un sistema inmunológico fuerte porque nunca antes han contraído el flú
  • Cuestionamientos sobre la eficacia e importancia de la vacuna
  • Miedos sobre los efectos adversos de la vacuna o la atribución a la vacuna de las molestias de otras enfermedades que concurren
  • La creencia de que existen otras medidas más eficaces para prevenir la enfermedad que reemplazan a la vacunación
  • Haber sufrido la enfermedad antes y considerar que no es tan mala

 

 

No!, la vacuna del flú no causa flú. La vacuna del flú se elabora de 2 formas: (1) a partir de virus inactivado, por lo tanto, no produce la enfermedad, (2) mediante ingeniería genética de recombinación, que no utiliza ni siquiera el virus del flú. Sin embargo, sí produce efectos incómodos como enrojecimiento, dolor o sensibilidad e hinchazón en el sitio de la vacunación. También puede ocurrir fiebre baja, dolor de cabeza y dolores musculares.

 

Si Ud es alérgico al huevo quizás no deba recibir la vacuna inactivada del flu, y, definitivamente, tampoco debe recibir la forma atenuada de la vacuna, que no se usa en el territorio nacional.

 

Si Ud. es de las madres que no vacunan a sus hijos o que atrasan su vacunación debe estar informada de los riesgos que corren sus hijos.

 

  • Apenas note a su hijo enfermo vaya a un cuarto de urgencias o a su pediatra
  • Informe que su hijo no ha recibido las vacunas recomendadas para su edad
  • Si tiene alguno, tenga a mano su record de vacunas, actualizado
  • Aunque son raras aún ocurren muchas de las enfermedades para las cuales se vacuna a los niños y su niño no vacunado puede enfermarse de personas que no tienen síntomas, como ocurre con la meningitis por el Haemophyllus influenzae o la septicemia y meningitis por la Neisseria meningitidis
  • Nunca es tarde para iniciar sus vacunas
  • Cuando viaje a otras partes o regiones del mundo infórmese de las enfermedades endémicas en ellas para conocer los riesgos de sus hijos no vacunados de contraer enfermedades serias
  • Durante brotes de enfermedades para las cuales sus hijos no han sido vacunados las autoridades escolares, por ejemplo, pueden pedirle que no lleve sus hijos desprotegidos a la escuela, a las salas de juegos de niños o a deportes de grupo. Ellas le dirán cuando es seguro que regresen a la escuela o a esas actividades
  • Estudie sobre la enfermedad y su forma de contagiarse. Las personas no vacunadas frente a enfermedades altamente contagiosas no necesitan estar mucho tiempo entre otros que están infectados o, incluso, solo requieren estar en el sitio donde estuvo otro niño infectado y contraer la enfermedad
  • En otras instancias sus hijos no vacunados tendrán que ser aislados, ya sea en la visita a la clínica del pediatra o en la escuela para no exponer a enfermedad seria o muerte a niños que por su edad o por su enfermedad no hayan sido vacunados previamente

 

 

No puedo terminar sin condenar a todos aquellos, no importa su interés o su profesión, su educación o su ignorancia –y, generalmente son personas educadas- que se dan a la tarea de oponerse a la vacunación de forma irresponsable, criminal y no ética.

2 Comments

    • Jaime Raúl Molina Reply

      14 junio, 2016 at 7:29 pm

      Doctor, me he puesto a investigar un poco. Vi algo sobre la experiencia japonesa en los ochentas, en que se instauró programa de vacunación masiva a todos los niños en edad escolar. Los resultados fueron que las muertes por complicaciones de la influenza se redujeron de forma notable. Por alguna razón, el programa se descontinuó años después y con el tiempo las tasas de mortalidad por complicaciones de influenza subieron a los niveles anteriores al experimento. De esto, ¿no le parece que habría que revisar la recomendación de la OMS de solo vacunar a las personas en los grupos de riesgo (menores de 5 años y mayores de 65)? He encontrado diversos papers en journals médicos que proponen esto mismo. Aquí algunos:

      http://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJM200103223441204
      http://www.journalofclinicalvirology.com/article/S1386-6532(06)00317-9/abstract
      http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22414740

      Saludos,
      JRM

      • Pedro Vargas Reply

        21 julio, 2016 at 7:41 pm

        Estoy totalmente de acuerdo. En los EEUU la vacunación es universal. La vacunación para los grupos de riesgo puede obedecer a carestía pero una vez resuelta, la vacunación debe favorecer a todos.

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